El tradicional Roscón de Reyes ya está listo para poner el broche final a la Navidad. Este delicioso bollo dulce con o sin relleno no deja indiferente a nadie y ya forma parte de los desayunos de la mañana de reyes de todos los hogares del país. Según las empresas que forman parte de la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac), los españoles consumirán alrededor de 30 millones de roscones este año. Lo cierto es que, según los datos recogidos, su demanda ha aumentado entre un 3,5% y un 4,5% respecto al año anterior. Miles de pastelerías y supermercados ya tienen todo listo para ofrecer el último dulce de estas fiestas que, como cada año, esconde un regalo y un haba sorpresa. Aun así, son pocos los que conocen el verdadero origen y significado de esta peculiar tradición.
Su origen se remonta a la Antigua Roma
El éxito del Roscón de Reyes no solo reside en su atractivo sabor dulce. Cada vez son más españoles quienes deciden consumir el bollo antes de la ansiada mañana de Reyes. "Se adelanta a noviembre en el comercio y en la hostelería y va más allá del mismo día de Reyes, llegándose a consumir a lo largo de todo enero", aseguran los expertos de Asemac. Por este motivo, para muchos el roscón se ha convertido en su dulce preferido durante los primeros días del año hasta el 6 de enero y no es una novedad. Esto lleva ocurriendo mucho tiempo en distintos lugares del mundo, ya que su origen se sitúa en Europa. Fue en la Antigua Roma donde nació este dulce, aunque no era exactamente tal y como lo conocemos ahora.
Durante sus primeros años, el Roscón de Reyes consistía en la elaboración de unas tortas redondas que contenían ingredientes como los dátiles, miel e higos. Además, su tamaño era menor que el que se consume habitualmente en los hogares de nuestro país ideales para familias de cuatro o cinco miembros. No fue hasta que el éxito de este dulce estalló cuando los sacerdotes de la Antigua Roma decidieron hacer más grandes sus tortas y los hornos pasteleros para ellas. Con el paso de los años, esta elaboración fue evolucionando hasta conseguir la forma y consistencia de bollo que tiene a día de hoy. Con el paso de los años también surgió la idea de rellenarlo con crema, nata, chocolate o trufa que se sitúan entre las principales preferencias según los expertos. Eso sí, algo que se mantiene desde sus inicios es la tradición de ofrecer una sorpresa en forma de figura.
¿Por qué se esconden sorpresas en su interior?
Prácticamente todos los roscones que se venden en España contienen, al menos, una figura sorpresa que se incorpora de forma aleatoria en su interior. Los expertos en pastelería aseguran que el motivo forma parte de una tradición que se lleva practicando desde la Antigua Roma, aunque ha variado con el paso del tiempo. "Quien encontrara el haba era nombrado 'Rey de Reyes' por un día, simbolizando suerte y prosperidad. Esta tradición se fusionó con las celebraciones cristianas, adoptando un nuevo significado en el contexto de la Epifanía y el Día de Reyes", aseguran los expertos de la pastelería 'La Mallorquina' en el diario '20minutos'.
Curiosamente, el haba no se escondía dentro del dulce en la Antigua Roma sino "en algún lugar de la vivienda y el esclavo que la encontraba se ganaba la libertad durante el tiempo que durasen las Saturnales". Además, la sorpresa no siempre era un haba, ya que se cree que en la Edad Media también se escondían juguetes o dinero como obsequio. A muchos les sorprenderá ahora la idea de convertirse "en rey" durante un día si encuentra el haba, ya que en la actualidad su significado es diferente y mucho más negativo.
El significado actual de las sorpresas en el Roscón de Reyes
Más allá de las antiguas tradiciones, el significado de los regalos ocultos dentro del Roscón de Reyes a día de hoy es diferente. Tal y como citan algunas de las tarjetas que contienen estos dulces en su interior, "quien encuentre el haba deberá ser el encargado de pagar el Roscón de Reyes". Además, también es el responsable de organizar la velada navideña del año siguiente. En este caso, conseguir el haba se entiende más como un castigo que como un premio. Por otro lado, hacerse con el regalo que suele ser la figura de un rey es augurio de buena suerte y prosperidad, significado que se sigue manteniendo desde la Edad Media.