Torta Balcarce, el bizcocho esponjoso relleno típico de Argentina

La mezcla de dulce de leche, crema chantilly y merengue crujiente hace de la torta Balcarce todo un placer para los sentidos. Te contamos cómo preparar esta receta argentina.

Marta Sánchez
Marta S. Galindez

Periodista especializada en gastronomía

torta balcarce
Youtube 'La pasamos comiendo'

¿Habías oído hablar de la torta Balcarce? Si no es así, ponte el delantal porque vas a descubrir una tarta muy especial. Preparada con bizcocho esponjoso y una irresistible combinación de chantilly y dulce de leche, el toque final de los merengues crujientes le añade una textura fantástica. Cuando la pruebes, repetirás.

El nombre de este delicioso postre procede de la región donde se creó la receta original: Balcarce. Básicamente, consiste en preparar un bizcocho esponjoso y sencillo, cortarlo en capas y rellenarlo con distintas cremas. La torta tradicional lleva dulce de batata o marrón glacé, pero para facilitar las cosas vamos a quitar esa capa y a quedarnos solo con dos cremas: el dulce de leche y el chantilly. 

Prepararla no es difícil, pero requiere tiempo y cariño. Tendrás que cocinar el dulce de leche y montar la crema chantilly, y hacer un bizcocho que luego rellenarás. Y por otra parte necesitarás merengue seco troceado, que puedes hacer tú o comprar en tiendas especializadas u online. 

Y como sabemos que te apasiona hacer tu propia repostería, te invitamos a descubrir tres propuestas más: la tarta mágica de flan y bizcocho de chocolate, la tarta Reina (el pastel más famoso de España) y la tarta capuchina, una receta tradicional de las monjas clarisas. ¡Te costará escoger tu favorita!

Aprende a preparar la torta Balcarce típica de Argentina

En esta receta de 'La Pasamos Comiendo' puedes ver lo sencillo que es hacer la torta Balcarce. Ponte con las manos en la masa, ¡y empezamos!

Torta Balcarce
Para un molde de 24/26 cm
Ingredientes
  • 2 huevos
  • 200 g de azúcar
  • 180 ml de leche
  • 150 ml de aceite de oliva suave o girasol
  • 400 g de harina
  • Esencia de vainilla
  • 1 cucharadita y 1/2 de levadura en polvo
  • 1 vasito de almíbar casero
  • 400 g de dulce de leche
  • Para el merengue seco: 2 claras de huevo y 100 g de azúcar glas

Para la crema chantilly:

  • 250 ml de nata para montar
  • 3 cucharaditas de azúcar glas
  • Esencia de vainilla

Paso a paso

  1. Prepara el bizcocho

    Pon los huevos y el azúcar en un bol grande. Bátelos con las varillas hasta que empiecen a blanquear. Añade la leche, el aceite y un poco de esencia de vainilla. Bate bien y agrega la harina y la levadura en polvo, tamizadas y poco a poco. Unta un molde de mantequilla, vierte la mezcla y hornea a 180° durante 40 minutos, o hasta que lo pinches con un palillo y salga seco. Sácalo del horno y deja que se enfríe.

  2. Córtalo y empápalo bien

    Con un cuchillo muy afilado, corta el bizcocho en tres discos de unos 2-3 cm de espesor. Usa una brocha de cocina para humedecerlos con almíbar, empapando muy bien la miga para que quede jugosa.

  3. Prepara el merengue seco

    Haz un merengue batiendo las claras y el azúcar glas a punto de nieve fuerte. Deposita montoncitos en una placa de horno forrada con papel sulfurizado y hornéalos a 120°, con calor arriba y abajo y sin ventilador. Déjalos 40 minutos o hasta que estén bien secos, pero sin que se tuesten. Sácalos y deja que se enfríen; después, mételos en una bolsa y pasa el rodillo para trocearlos.

  4. Rellena el bizcocho

    Prepara una crema chantilly: monta la nata y el azúcar glas, añade un poco de esencia de vainilla y mézclala con los merengues troceados. Coge el disco de base de la tarta y cúbrelo con una capa gruesa de dulce de leche; encima, pon una capa de chantilly y merengue. Cubre con el disco central y vuelve a extender dulce de leche y chantilly. Pon la última capa y cubre todo con la crema chantilly sobrante, extendiéndola bien por encima y por los laterales.

  5. Decora la tarta

    Espolvorea azúcar glas por encima de la tarta y reparte el resto de los merengues troceados. Pégalos también por los lados para que formen una costra crujiente.