A solo dos horas en tren desde Zúrich (Suiza) se ubica una ciudad llena de peculiaridades que celebra en la época más mágica del año una doble Nochevieja. Además, en ella se encuentra el mejor queso Appenzeller del mundo y solo dos personas conocen su ansiada receta secreta.
El mejor queso de Suiza se encuentra en Appenzell
Famosa por tener más vacas que personas, la pequeña comuna de Appenzell está llena de peculiares costumbres de todo tipo. Lo cierto es que aquí se elabora el queso suizo más popular de todo el país y un icono de su gastronomía. Los prados de Appenzell son una base ideal para la leche cruda natural que se emplea en la fabricación del queso Appenzeller. Su receta tiene más de 700 años y el resultado es todavía tan delicioso como el de su primera elaboración. Se trata de un queso intenso, muy aromático, con masa semidura y pocos agujeros que puede llegar a pesar hasta ocho kilogramos. La pasta semidura prensada se deja madurar durante 100 días de su producción.
Además, presenta un cierto toque picante único que surge de una salmuera donde permanece tres meses. Curiosamente, el contenido de esta especie de macerado llamado ‘sulz’ es prácticamente secreto. Se conoce que contiene más de 25 hierbas, flores, raíces y cortezas, aunque no el resto de sus ingredientes ni todos los detalles de las cantidades exactas. Solo aquellos queseros que se encargan de esta salmuera en primera persona conocen el secreto mejor guardado. Además, esta receta tradicional del queso estrella también se produce únicamente en los cantores de Appenxell. Aun así, este queso se elabora de forma similar en otros países de Europa. En España, las variedades más conocidas son el Appenzell Clásico que se produce con tres meses de maduración y el Extra con seis.
También existen otras variedades con hasta ocho meses de macerado. Según los últimos datos, la producción total de este famoso queso alcanza las 10.000 toneladas y la mayoría se exportan a otros países del extranjero. Aunque es un queso muy peculiar, también es muy versátil. Este producto es el ingrediente estrella de varios platos calientes deliciosos y perfectos para el invierno como son las sopas o las cremas. También hay quienes lo incluyen en las ensaladas frías o para elaborar todo tipo de aperitivos y postres característicos de la Navidad. Las tartas, las cremas o los pasteles son algunos de los dulces que más incorporan este producto estrella. Además de su versatilidad, este queso es un aliado ideal de los vinos blancos artesanales, florales y aromáticos para acompañar platos estrella.
Los vecinos de Appenzell celebran una doble Nochevieja cada año
Otra de las peculiaridades más sorprendes de Appenzell es su doble Nochevieja que se celebra el 31 de diciembre y el 13 de enero y el motivo es muy curioso. Lo cierto es que Appenzell celebraba durante el calendario juliano la Nochevieja en esta segunda fecha y, como giño a su historia, sus habitantes decidieron mantener la celebración a la antigua usanza tras la reforma del gregoriano. No obstante, también celebran la Nochevieja al uso del 31 de diciembre de cada año. En un primer momento, los vecinos se aferraron a la fecha tradicional, aunque poco después terminaron celebrando ambas con la misma sintonía.
En Suiza la Navidad tiene un peso importante y, de hecho, prácticamente todos sus vecinos celebran la Nochevieja en ambas fechas desde hace años. En esos días se incluyen incluso los Silvesterchläusae, una de las costumbres más populares. Vecinos vestidos con trajes tradicionales se hacen con las calles de la pequeña comuna suiza cada año con música y cánticos para atraer a la mejor de las suertes. Durante las fechas más esperadas del año en esta zona de Suiza, su parque forestal se transforma también en un pequeño bosque navideño lleno de luces al igual que gran parte de su patrimonio arquitectónico. Sin duda, Appenzell es un lugar misterioso lleno de magia que merece la pena visitar.