Seguro que te ha pasado: compras una carne de buena calidad, la cocinas con toda la ilusión y, cuando la pruebas... ¡sorpresa! Dura y seca como la suela de un zapato. A mí me ha pasado más de una vez, y la verdad, es frustrante. Pero tranquila, que no siempre es culpa de la calidad de la carne. Hay otros factores que influyen: la cantidad de grasa infiltrada, la dirección del corte respecto a las fibras, el tipo de cocción...
En Cocina Fácil tenemos muchas recetas que sacan lo mejor de la carne, como los escalopines de ternera más jugosos, el solomillo de cerdo asado con mostaza, los rollitos de bistec con champiñones...
Si quieres que tus carnes estén más tiernas y jugosas, lo primero que debes hacer es conocer bien el corte que tienes entre manos y saber cómo cocinarlo. Por ejemplo, cortes como la presa ibérica, el secreto o el entrecot, que tienen bastante grasa y menos tejido conectivo, necesitan cocciones rápidas para que queden en su punto.
En cambio, otros cortes con menos grasa y más tendones o nervios, como la babilla, la contra o la aleta de ternera, quedan estupendos con cocciones largas y a fuego lento, ya que el colágeno se va deshaciendo poco a poco y la carne se vuelve melosa.
Y luego están las carnes de caza (jabalí, perdiz…), que son más duras y fibrosas por naturaleza. En estos casos, lo mejor es marinarlas unas horas con vino, vinagre o limón. Los ácidos ayudan a romper las proteínas y a ablandar estas carnes durante la cocción. Si nunca lo has probado, te lo recomiendo, porque el cambio es espectacular.
Debes probar este truco
Cocina Fácil / RBA
Ahora bien, si lo que quieres es una carne que se deshaga en la boca, te voy a contar un truco que me ha cambiado la vida. Es fácil, rápido y funciona de maravilla: ¡usar piña fresca! Sí, sí, has leído bien. La piña es un ablandador natural de carne gracias a una enzima llamada bromelina, que descompone las proteínas y hace que las fibras se vuelvan mucho más tiernas. No uses piña en conserva porque el resultado no sería el mismo.
- En primer lugar, elige una piña que esté bien madura y jugosa. Tiene que desprender un olor suave y dulce y, al cogerla entre las manos, debe ser pesada y compacta (siempre en función de su tamaño). Ten en cuenta que, si está demasiado verde o pasada, el resultado no será el mismo.
- Una vez en casa, pélala con cuidado. Te será más fácil si cortas los dos extremos. Así crearás una base plana. Luego, quítale el corazón y córtala en trocitos pequeños (como si estuvieras preparando un tartar). Si quieres, puedes triturarla en un robot de cocina para que quede más homogénea, pero sin que quede un puré.
- Luego, coloca la carne en un cuenco y cúbrela con los trocitos de piña y su jugo. Es importante que la carne esté atemperada antes de marinarla. Así el proceso solo necesitará unos minutos. Si no, deberás dejarla en la nevera durante 1 hora. No la dejes más tiempo o la carne quedará excesivamente blanda y no te gustará. Pasado el tiempo indicado, retira la carne del marinado, enjuágala bien con agua fría, sécala y… a cocinar.
Si te gusta la idea, también puedes probar con papaya, que tiene una enzima similar (la papaína) y es incluso más potente que la bromelina de la piña. Pero ojo, porque su efecto es tan intenso que podría deshacer la carne si te pasas de tiempo.
Descubre algunas recetas con piña
Además de usar la piña en marinados, como elemento para conseguir que tus carnes estén más tiernas, también la puedes utilizar en muchísimas recetas saladas. No te pierdas, por ejemplo, el pollo agridulce al limón con piña. Al presentarse prácticas brochetas, es ideal para servir en una comida informal. Por otro lado, si te gustan las combinaciones agridulces, puedes optar por un magro de cerdo con piña, dátiles y miel. Es muy sencillo de preparar y tiene un sabor irresistible.
Otra propuesta que te encantará es el estofado de carrilleras de ternera con piña. Es una receta que precisa bastante tiempo de cocción, pero que, luego, es una auténtica delicia. ¡La carne se deshace en la boca! Y si buscas alguna sugerencia sabrosa con carne de pavo, toma nota del salteado de pavo con piña y pimientos. A la que la pruebes, se convertirá en un clásico de tu recetario.