Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil, sobre el orden del sofrito: "Cocinar primero el ajo o la cebolla afecta directamente al sabor, todo depende de lo que busquemos"

Seguramente siempre has seguido un orden concreto: primero el ajo, luego la cebolla (o al revés). Pero hacerlo de una u otra manera tiene efectos sobre el sabor final del sofrito, ¿quieres saber cuáles?

Ainhoa Seijas Velasco
Ainhoa Seijas Velasco

Redactora experta en lifestyle

Sofrito
Cocina Fácil / RBA

Está claro que el sofrito es una de las elaboraciones básicas de la cocina española. Tanto para elaborar unas buenas lentejas de la abuela como para preparar un arroz (ahí está la salmorreta alicantina para demostrarlo) o para crear una elaboración base para pasta, carnes o pescados. Básicamente, se trata de sofreír ajo, cebolla y en muchas ocasiones tomate (a veces también pimiento, zanahoria...), para conseguir una base llena de sabor para nuestros platos.

Lo que está claro es que el ajo y la cebolla son los dos ingredientes que sí o sí debe llevar un buen sofrito, y que son los capaces de impregnar cualquier receta con un aroma y una intensidad únicos, creando el fondo perfecto con el que triunfar. Pero, ¿en qué orden los cocinas tú? Porque te puede parecer una tontería, pero no lo es e influye mucho en el resultado final. Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil, lo tiene claro.

Y es que, aunque la forma en la que cortemos el ajo afecta a la hora de conseguir uno u otro sabor en nuestros platos, el orden en el que lo cocinemos junto con el resto de ingredientes, será vital para conseguir que este ingrediente protagonice nuestras recetas o pase más desapercibido en ellas, con un sabor mucho más ligero. De añadir el ajo antes o después de la cebolla dependerá el fondo que creemos en nuestro sofrito. Te contamos cuáles son las claves para conseguir que el ajo protagonice (o no) tus platos. ¡Toma nota!

¿Cuándo debo cocinar el ajo en un sofrito?

No hay un buen sofrito que se precie, que no tenga ajo. Este pequeño ingrediente, procedente de Asia central, es tan intenso como básico en la cocina y tiene el poder de potenciar cualquier receta. Sin embargo, el ajo reacciona al calor de una forma completamente distinta a la cebolla y, por ello, debemos saber muy bien cuando cocinarlo. En función de la intensidad del sabor del ajo que queremos que se libere en cada uno de nuestros platos, debemos echarlo al fuego antes o después de la cebolla.

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Si buscamos que nuestro sofrito tenga un sabor intenso, el ajo es el primer ingrediente que debemos cocinar.

RBA

Si quiero un sabor intenso

Cristina Alvarez explica que, si queremos que nuestro plato tenga un sabor potente a ajo, debemos cocinarlo lo primero. El ajo es un ingrediente muy delicado y, al entrar en contacto con la grasa caliente del aceite o la mantequilla, libera sus aceites esenciales, creando una base característica que impregnará de sabor cada plato. A la hora de trabajarlo, debemos hacerlo con paciencia, en un fuego medio-bajo, para evitar que se queme y adquiera un sabor amargo. De esta forma, conseguiremos que el ajo quede doradito, creando una base aromática más intensa que, sin duda, protagonizará nuestras creaciones culinarias.

Si prefiero que pase desapercibido

Si lo que buscamos es que el ajo se integre como un elemento más de nuestro sofrito, sin destacar, debemos cocinar primero la cebolla. La experta explica que este ingrediente suelta humedad al comenzar a cocinarse, desprende sus azúcares, se va caramelizando lentamente y aporta un cierto toque dulce a nuestros platos. Un sabor que dominará en el sofrito y que hará que el ajo pase a un segundo plano.

Cortar cebolla.

 

Si buscamos un fondo dulce en nuestro sofrito, la cebolla debe ser el primer ingrediente que cocinemos. 

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Por tanto, del orden en el que añadamos a nuestro sofrito la cebolla y el ajo, dependerá el sabor que consigamos en el mismo. Si empezamos por el ajo, lograremos un fondo más intenso, mientras que, si comenzamos por la cebolla, conseguiremos una base más suave y dulzona. No obstante, si queremos que ambos sabores se equilibren, podemos cocinarlos al mismo tiempo, logrando que ninguno destaque sobre el otro y consiguiendo un fondo más uniforme.

Si quiero evitar que repita

Muchas veces, tal como asegura Cristina Alvarez, "no quieres perderte la intensidad que aporta el ajo a un sofrito pero tampoco quieres que te repita demasiado". Entonces, lo ideal es, según la directora de la web Cocina Fácil, sofreír el ajo entero, con piel, en una base de aceite de oliva. "Puedes machacarlo con el filo de un cuchillo, para romperlo y que así libere todo su aroma. Pero, una vez veas que los ajos están dorados, los retiras de la sartén y prosigues con el sofrito, añadiendo la cebolla y los demás ingredientes. Así, lo que consigues es aromatizar el aceite con un toque de ajo, pero lo quitas de la ecuación para que no se repita tanto".

Por último, debemos tener en cuenta que el ajo doradito tiene un sabor caramelizado mucho más intenso y único que el de la cebolla y marcará la diferencia a la hora de conseguir que nuestros platos destaquen, aunque cocinarlo sin prisas es la clave para lograr que su sabor se libere en la medida perfecta.