Bougatsa, tarta de pasta filo griega fácil (rellena de crema de pastelera)

Descubre este delicioso postre griego compuesto de crema de sémola entre capas de pastel crujiente que prepara "Greek Cuisine" en su Canal de YouTube. ¡Te va a encantar!

ruth puig cocina facil
Ruth Puig

Periodista especializada en gastronomía

Bougatsa, un postre tradicional griego, ¡muy mediterráneo!
Canal de Youtube “Greek Cuisine"

Pensar en Grecia es pensar instantáneamente en su rica cocina mediterránea, con platos como la Musaka de verduras, la célebre Spanakopita, los huevos revueltos con tomate fresco y queso feta (strapatsada) y sus delicadas salsas de yogur…

Sin embargo, no solo se destacan en la comida salada, ya que los griegos también han conquistado el mundo de los dulces, y esta receta de Bougatsa es el mejor ejemplo de ello.

La esencia de este postre reside en su relleno de crema de sémola, que se entrelaza con capas de pastel crujiente. Aclamado como uno de los desayunos tradicionales más célebres en la nación, este manjar también se presenta en versiones saladas con rellenos de queso, verduras y carne.

Un tesoro gastronómico de orígenes bizantinos

La bougatsa, es un deleite culinario que encuentra sus raíces en el imperio bizantino. Se trata de una antigua receta que se cree que tuvo sus orígenes en Asia Menor, en la ciudad de Constantinopla, durante el tiempo en que todavía estaba bajo dominio griego, antes de caer en manos turcas en 1453. ¿Te atreves a cocinar este exquisito postre cargado de historia?

Bougatsa, pastel típico de la cocina griega
Para 4 personas
Ingredientes
  • 4 láminas finas de tarta
  • 500 ml de leche
  • 100 g de mantequilla (80 g de mantequilla clarificada)
  • 60-70 g de azúcar
  • 80 g de sémola
  • 1 azúcar de vainilla
  • 1 huevo
  • Agua
  • 1 cucharadita de azúcar en polvo
  • 1/2 cucharadita de canela
Paso a paso
  1. Prepara la base de la crema

    Comienza vertiendo 500 ml de leche en un cazo. Añade 80 g de sémola y 70 g de azúcar, junto con un toque de sal. Lleva el cazo al fuego y utiliza una varilla manual para mezclar todos los ingredientes hasta que la mezcla adquiera la consistencia de una crema espesa. Una vez que la crema esté lista, retírala del fuego y agrega el azúcar de vainilla, asegurándote de que todos los sabores se integren bien.

  2. Incorpora el huevo y reserva

    Mientras la crema aún está caliente, casca un huevo en el cazo y viértelo en la mezcla. Continúa batiendo la mezcla para asegurarte de que el huevo se integre completamente. Cubre el cazo con papel film, procurando que el film toque directamente la superficie de la crema. Esto evitará que se forme una capa dura en la superficie. Deja que la crema se enfríe y reserve para su uso posterior.

  3. Prepara las láminas de tarta

    En otra sartén, derrite la mantequilla. Una vez que esté lista, viértela en una fuente, eliminando cualquier impureza que pueda haber quedado en el proceso. Prepara una superficie de trabajo con una lámina de tarta. Pinta la lámina con la mantequilla derretida utilizando un pincel y espolvorea un poco de agua por encima. Repite este proceso con cada lámina de tarta, apilándolas unas sobre otras.

  4. Trabaja las láminas

    Toma una de las láminas y dóblala por la mitad. Repite el proceso de pintar con mantequilla derretida y espolvorear un poco de agua. Vuelve a doblar la lámina por la mitad. Una vez que hayas reducido la lámina a un cuarto de su tamaño original, colócala en el centro de todas las otras láminas.

  5. Rellena con la crema

    Vuelve a tomar el cazo con la crema, que ahora estará ligeramente más firme. Utiliza varillas manuales para mezclarla y asegurarte de que todos los ingredientes se integren bien. Con una cuchara grande, distribuye la crema sobre la lámina doblada que colocaste en el centro. Luego, dobla los bordes de las láminas que están debajo, cubriendo la crema. Debe formarse un rectángulo grande con la crema en el interior.

  6. Hornea y sirve

    Una vez que hayas armado la tarta, píntala con más mantequilla derretida utilizando un pincel. Luego, colócala en una bandeja de horno y hornea a 180° durante aproximadamente 30 minutos, hasta que esté dorada y crujiente. Una vez horneada, corta la tarta en porciones individuales y sírvela.