¿Te gustan los postres diferentes? Si la respuesta es sí, los aebleskiver son una receta danesa que no te puedes perder. Este dulce tradicional ha sido parte de la cultura danesa durante siglos y, aunque originalmente contenía manzanas, hoy en día se preparan de muchas maneras sin ellas. Son pequeñas bolitas esponjosas , cocinadas en una sartén especial con moldes semiesféricos, que tienen una textura única: crujiente por fuera y suave por dentro. ¿Cuál es su origen? La historia de los aebleskiver se remonta a la época vikinga, donde se cuenta que los vikingos, al estar en el mar, preparaban un postre similar usando sus escudos como utensilios de cocina. Aunque esta historia puede ser más una leyenda que un hecho histórico, lo cierto es que los aebleskiver son un platillo profundamente arraigado en la tradición danesa. Hoy en día, los aebleskiver se preparan especialmente en Navidad y otras festividades, a menudo acompañados de gløgg, un vino caliente típico de Escandinavia. Se sirven comúnmente en las mesas familiares durante la merienda o el café de la tarde, y se disfrutan por su textura esponjosa por dentro y crujiente por fuera . La receta es fácil de preparar y, con solo algunos ingredientes y una sartén especial, puedes preparar estos deliciosos buñuelos daneses en tu propia casa. A continuación, te explicamos cómo hacerlos. ¡Anímate con ellos! ¿No tienes la sartén especial? Así puedes hacer aebleskiver Si no tienes la sartén especial para aebleskiver, ¡no pasa nada! Aquí te dejo algunas formas sencillas de hacerlos: Sartén normal: Si no tienes la sartén con moldes, usa una sartén común con un poco de mantequilla o aceite . Haz pequeñas bolitas con la masa y cocínalas por ambos lados. No tendrán la forma perfecta, pero sabrán igual de bien. Bandeja para mini muffins: Si tienes una bandeja para mini muffins, úsala para hornear los aebleskiver . Llena los huecos con la masa y hornéalos a 180°C unos 10-15 minutos, hasta que estén dorados. Freír como buñuelos: Otra opción es freírlos . Calienta aceite en una sartén y, con dos cucharas, forma pequeñas bolitas de masa. Fríelas hasta que estén doradas por fuera y suaves por dentro. No importa qué método uses, ¡te quedarán deliciosos!