La tortilla de patatas es un clásico de nuestra gastronomía y tiene tantas variantes como cocineros. Hay quien la prefiere tierna y jugosa, otros muy hecha, unos con cebolla, otros sin cebolla… Sea como sea, es un plato que gusta a pequeños y mayores y que, una vez en la mesa, siempre triunfa. Se puede comer en una cena informal, para llevar de picnic, en plan tapita… Hoy te descubrimos una manera diferente de prepararla. Se trata de una tortilla de patatas y puerro gratinada con queso rallado . Para que la tortilla te quede estupenda, corta las patatas en rodajas de un espesor similar. Así tardarán el mismo tiempo en hacerse y no tendrás sorpresas. Luego, póchalas con el puerro hasta que empiecen a dorarse y estén tiernas. Deja escurrir las patatas para que no tengan tanto aceite y ya puedes cuajar la tortilla en una sartén que pueda ir al horno. Una vez hecha, reparte el queso rallado por encima, introdúcela en el horno y gratínala hasta que el queso se derrita. Quedará exquisita. Para completar el menú, puedes acompañar esta tortilla de patatas y puerro gratinada con la ensalada de brotes de espinaca y pimientos , la de canónigos con jamón de pato o la de arroz con vinagreta de mostaza . Están tan ricas que no sabrás por cuál decicirte. Consejos para conseguir una tortilla de patata y puerro espectacular Patata. La elección de las patatas es muy importante para conseguir una tortilla deliciosa. Escoge unas que sean especiales para freír, tipo Agria, Baraca o Kennebec, ya que así absorben poco aceite. En nuestra receta te proponemos cortar las patatas en rodajas, pero si te apetece también las puedes cortar en dados pequeños o en juliana. Aceite. Para elaborar esta receta puedes usar un aceite de oliva virgen extra. Si este aceite te parece muy fuerte, también puedes utilizar uno más suave. Te quedará igual de rica. Huevos. Es fundamental que sean muy frescos y mejor si son de corral. Un truco, para que la tortilla te quede más esponjosa, es separar las yemas de las claras. Bate primero las yemas y, luego, las claras a punto de nieve. Después, júntalas en un cuenco único y sazónalas.