A la hora de planificar esta receta ten presente que la corvina se va a comer cruda y que, por tanto, antes de empezar a trabajar, para prevenir la contaminación por anisakis, debes congelarla durante unos días a una temperatura de -20 °C. Luego, una vez descongelada, límpiala bien, retirándole la piel, y, con la ayuda de un cuchillo bien afilado, corta tiritas lo más finas posible. Así conseguirás una presentación de cinco estrellas. Más ideas con corvina