Si estás buscando un entrante, o un aperitivo, fácil de preparar, delicioso y con un toque casero, las tartaletas de calabacín con beicon son la elección perfecta. Estas pequeñas cestas se convierten en bocados irresistibles gracias a su relleno cremoso y un toque de beicon que le viene como anillo al dedo. Además, su preparación es tan sencilla que las hace ideales para una cena con amigos o familia o, por qué no, para darte un capricho cualquier día de la semana. Estas tartaletas, además de deliciosas, tienen el poder de decorar la mesa con su simple presencia. Un emplatado coqueto y sofisticado que os adelanto que no es para nada difícil de conseguir, un poco de mimo, control en los tiempos de horno y tendrás el éxito asegurado. Te adelanto que puedes también preparar estas tartaletas en formato mini, casi de bocado, o maxi, del tamaño de un quiche o una empanada, de forma que a la hora de servir podamos partirlas en porciones triangulares. Te recomiendo acompañar esta maravilla con una ensalada fresca, así puedes presentarlo como plato único y en poquísimo tiempo tener resuelta una comida. Si quieres darle un toque personal , prueba a añadir un toque de nuez moscada al relleno o a espolvorear un poco de pimentón dulce por encima antes de hornear. También puedes sustituir el beicon por jamón serrano o incluso preparar una versión vegetariana eliminándolo por completo y añadiendo más queso. Estas tartaletas están en su punto cuando están templadas, pero también son deliciosas a temperatura ambiente, lo que las convierte en un aperitivo perfecto para llevar a una reunión o picnic . Cada bocado es una explosión de sabores: el dulzor de las verduras, la cremosidad del relleno y el crujiente de la pasta brisa. Anímate a probar estas tartaletas porque son mucho más que un plato, una mezcla de sabores caseros y reconfortantes , a los que se añade el toque crujiente de la pasta brisa, que hace que el conjunto de la receta tenga sentido. Es ese tipo de receta que, al probarla, te hace sonreír, tienes que prepararla.