A la tarta de limón y merengue también la conocemos como “lemon pie” al ser un postre muy conocido en Estados Unidos, aunque su origen parece ser francés y ya existen referencias a él en recetarios del siglo XIX. Esta tarta combina la acidez del limón con la dulzura del merengue todo unido en una base de masa quebrada casera a la que hemos añadido almendra molida para darle un sabor aún más especial. El resultado es espectacular y gustará especialmente a quien huye de los postres excesivamente pesados y empalagosos. Además de estar riquísima esta tarta es muy aparente, si dedicamos un poco de tiempo (nada complicado) a decorar la superficie con el merengue usando una manga pastelera , lucirá tan bonita que será la reina de la mesa. Una opción fácil y elegante para presentar un postre veraniego. Consejos para tu tarta de limón y merengue: La tarta puede comerse templada porque el relleno ya es suficientemente espeso nada más sacarla del horno, pero unas horas de frigorífico le sientan estupendamente y fresquita está buenísima, especialmente cuando suben las temperaturas. Si no quieres usar el grill del horno para dorar el merengue, puedes usar un soplete de cocina y hacerlo a tu gusto. No dejes de vigilar el merengue en el horno, puede pasar del punto ideal a quemado en pocos segundos.