Tarta fría de nata y leche condensada, el postre de la abuela fácil y sin horno más rico del mundo

Si eres fan de las tartas fáciles y sin horno, la que te presentamos hoy, es tu postre. Una tarta deliciosa y con muy pocos ingredientes ¿Te animas a probarla?

Mónica Corredera
Mónica Corredera

Periodista

Tarta serradura portuguesa sin horno
Cocina Fácil / RBA / Isabel Lloret
6 personas

4

(2 votos)

Temporada:

Todo el año

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

¿Te apasionan los postres lácteos, las tartas cremosas que se preparan sin horno y los sabores suaves? Entonces te encantará esta tarta de nata y leche condensada que se inspira en un postre tradicional portugués: la serradura.

Para cocinarla no necesitas mucho tiempo ni demasiados ingredientes. Es un postre sencillo cuyo secreto está en la manera en que se combinan la nata y la leche condensada con las galletas trituradas.

Esta tarta de nata y leche condensada es perfecta para aquellos que buscan un postre rápido y sin complicaciones. Gracias a su sencilla preparación, puedes hacerla en cualquier momento y dejarla preparada con anticipación. Además, su textura suave la convierte en el postre ideal para cerrar una comida con un toque dulce. Sigue el paso a paso que compartimos a continuación para aprender a cocinar esta riquísima tarta.

Serradura portuguesa, una delicia del país vecino

Como te avanzábamos, la tarta que vas a aprender a hacer hoy es una interpretación de una receta portuguesa tan sencilla como especial, llamada serradura.

Este postre tan rico y popular se elabora mezclando nata con leche condensada e intercalando en un recipiente capas de esta mezcla y capas de galleta triturada.

Debe su nombre al aspecto que le dan las galletas molidas, que se asemeja al del serrín de madera.

Ingredientes paraTarta fría de nata y leche condensada, el postre de la abuela fácil y sin horno más rico del mundo

  • 300 gramos de galletas de canela
  • 100 gramos de mantequilla
  • 650 mililitros de nata para montar con un 35% demateria grasa
  • 350 gramos de leche condensada
  • 125 gramos de leche
  • 8 hojas de gelatina (o 13 gr de gelatina en polvo)
  • Una cucharadita de canela
  • Una cucharada de azúcar glas

1. Preparar la base

En primer lugar tritura 200 gr de galletas y mézclalas con la mantequilla previamente derretida en el microondas. Coloca esta mezcla en un molde redondo desmontable de unos 23 cm de diámetro y ve presionando hasta que la base quede compacta. Reserva el molde en el congelador.

2. Hidratar la gelatina

En un recipiente con agua fría introduce las láminas de gelatina y déjalas allí durante unos cinco minutos para que se hidraten. Pon la leche a calentar. Después saca las hojas de gelatina, escúrrelas y ponlas en el cazo de la leche caliente para que se disuelvan. A continuación añade la leche condensada y remueve hasta que los ingredientes se integren por completo. Deja enfriar.

3. Montar la nata

Pon 500 ml de nata muy fría en un recipiente y utiliza unas varillas eléctricas para montarla. Después agrega la mezcla de leche, leche condensada y gelatina. Puedes añadir también una cucharadita de canela, batiendo para integrar los ingredientes.

4. El cuerpo de la tarta

Vierte la mousse que has elaborado sobre el molde con la base de galleta, tápalo con un papel film y reserva en la nevera hasta el día siguiente. Entonces estará lista para hacer la cobertura.

5. La cobertura

Tritura 100 gr de galletas de canela y extiéndelas sobre la tarta. Monta 150 ml de nata y añade una cucharada de azúcar glas para endulzarla. Decora la tarta.

Un truco irresistible

Aunque la receta tradicional de serradura lleva galletas tipo María, y la versión de Bocatus se prepara con galletas de canela, tú puedes utilizar otro tipo que te guste más. Elige tus favoritas.

A la hora de triturar las galletas, trata de no pasarte. La clave está en conseguir una textura arenosa, como de serrín, y no molerlas demasiado.

Si quieres darle un toque personalizado a esta tarta, prueba añadir alguna fruta como elemento decorativo a la hora de servir, como fresas o frambuesas. Que además de dar color, le darán un toque ácido que contrastará a la perfección con el dulce del postre. Otra opción es que en lugar de darle un sabor extra, le des textura extra y decores con frutos secos para darle un toque crujiente. Este paso está en tus manos y eres libre de elegir con que prefieres decorar tu tarta de nata y leche condensada.

Si eres fan de los postres y de acabar una comida con algo dulce, esta tarta se convertirá en una de esas recetas que querrás repetir. Te animamos probar esta versión renovada de la serradura para sorprender a tus invitados.

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