Situada en la zona norte de la isla de Gran Canaria , a pocos kilómetros de la capital, Las Palmas de Gran Canaria, encontramos la pequeña villa de Moya . Con un rico patrimonio cultural y un entorno natural, lleno de bosques exuberantes, fincas de plataneras e impresionantes barrancos, esta localidad sorprende a sus visitantes con una exquisita repostería llena de tradición que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Hoy viajamos hasta esta pequeña población para descubrirte uno de sus tesoros dulces más exquisitos: los suspiros . También conocidos con el nombre de mimos , los suspiros de Moya son pequeños bocaditos de merengue que conquistan a todo el mundo. Y es que su textura, crujiente y ligera a la vez, despierta pasiones. Si tú también quieres "suspirar" por ellos, no te pierdas la receta de Cocina Fácil. Cocción a baja temperatura Elaborados con claras de huevo, azúcar y unas gotas de zumo de limón , al realizar los suspiros de Moya es fundamental seguir la proporción entre azúcar y claras que te proponemos en la receta. También es básico agregar el azúcar cuando las claras ya estén espumosas. Así el merengue saldrá más ligero. Y un apunte más: añádelo poco a poco para dar tiempo a que el azúcar se disuelva bien. Respecto a la cocción, los suspiros se hornean a baja temperatura, unos 130 °C, y durante unos 40 minutos. Para que se sequen bien, déjalos enfriar dentro del horno. Sobremesas dulces Habituales en las cartas de los restaurantes, cafeterías y en la mayoría de pastelerías de Gran Canaria, los suspiros de Moya son ideales para servir con los cafés y endulzar el momento de la sobremesa. También se suelen tomar, como caprichito dulce, a la hora de la merienda. Al preparar el merengue… Un poquito de yema de huevo puede provocar que el merengue no salga bien. Así que, al batir las claras, vigila que no queden restos de yema en el cuenco . También es importante que todos los utensilios que vayas a utilizar no tengan nada de grasa. Utiliza siempre huevos bien frescos para realizar este dulce y, si puede ser, de gallinas criadas en libertad. Retíralos de la nevera 30 minutos antes de empezar a trabajar para que estén a temperatura ambiente .