El secreto para que este lomo de salmón quede perfecto es no dejarlo asar demasiado. Una vez la plancha esté caliente y con un chorrito de aceite, coloca el pescado, salpimentado, y déjalo unos minutos por cada lado. La finalidad es que quede doradito por fuera y ligeramente crudo por dentro . Así resultará tierno y superjugoso.