Un pescado como el rodaballo está rico lo cocines como lo cocines pero si quieres marcarte un platazo digno de los mejores restaurantes, tienes que probar esta receta porque es una auténtica maravilla. Los filetes de rodaballo van rellenos de una bechamel que además lleva mejillones y langostinos. Vamos, que más llena de sabor imposible. Preparar este plato es algo laborioso por lo que es ideal para días de fiesta como la Navidad o para reuniones y celebraciones con invitados en casa. ¡Quedarás como un auténtico chef cuando la sirvas! En realidad no es demasiado complicado de preparar porque son tan solo tres pasos pero requieren de cierta maña, aunque tampoco demasiada. Primero hay que cocinar los mejillones y los langostinos después de haberlos limpiado bien y una vez listos, añadir harina para hacer la bechamel. Luego se va añadiendo la leche y el tomate frito y hay que ir removiendo constantemente para que no se formen grumitos. Después hay que reservar la mitad de la salsa y con la restante, añadir un huevo, y rellenar los filetes de rodaballo. Ya solo nos queda pasarlo todo junto por el horno durante unos 15 minutos para que se ase el pescado y agregar el resto de la bechamel antes de servir. Consejos: Se puede preparar esta receta con otro tipo de pescado pero hay que asegurarse de que sea uno con pocas espinas o limpiarlo muy bien antes de introducirlo en el horno. Lo que se espera de esta receta es que sea para comer fácilmente, más todavía cuando la servimos a nuestros invitados y un pescado con muchas espinas podría impedir que disfrutáramos de él. También puedes cambiar el relleno por el tipo de marisco que te apetezca (o que encuentres a buen precio). Pueden ser gambas, gambones, cigalas, vieiras... tu eliges.