La pasta es una apuesta segura en la mesa y si es rellena, más aún. En este caso hemos preparado una receta de raviolis acompañados de una carbonara de jamón york, con champiñones. En nuestra receta hemos elegido unos raviolis frescos ya rellenos, pero si te animas a hacer la pasta casera, puedes mirar cómo hacerlo en esta receta de raviolis rellenos de queso y nueces . El relleno de estos saquitos cuadrados es muy variado, pero la mayoría de los que se encuentran en el mercado están rellenos de carne, queso, espinacas, ricota o nueces. Elige el que prefieras para esta preparación. Si es tu pasta favorita, mira cuántas recetas de raviolis puedes hacer... Y la salsa carbonara que le hemos añadido incluye jamón york en lugar de beicon. La receta original de salsa carbonara italiana no llevaba nata, solo huevos, queso pecorino o parmesano, panceta, pimienta y aceite. Pero en nuestro país, la solemos enriquecer con nata líquida, como en nuestra receta, que además lleva champiñones y puerro. Aquí tienes más recetas con la salsa carbonara como protagonista. Consejos para unos raviolis con carbonara de jamón perfectos –Para cocer los raviolis frescos utiliza una olla lo suficientemente grande para que no queden apelotonados y cuando empiece a hervir el agua salada, se echan y se cuecen en unos 4 minutos. No más. Cuando floten es que ya están listos. Después se escurren y se mezclan con la salsa. Hay que manipularlos con suavidad para que no se rompan. –El jamón york cómpralo de calidad, nunca ese embutido que venden para sándwiches, y pídelo en un trozo grande para luego ir cortándolo a daditos. También podrías hacerlo con pavo, si lo quieres aún más ligero o el beicon, propio de la receta original. –Si no tienes cebollino, que tan buen sabor le aporta, prueba con cebolleta tierna, cortando unas tirillas alargadas. –Los champiñones se limpian y se les corta el pedúnculo sin dejarlos remojar en agua porque como este hongo contiene mucha agua, luego soltaría más en la cocción. Se pueden limpiar con un paño limpio humedecido en agua e incluso frotar con un cepillito de dientes que tengas para uso culinario, si tienes tiempo. Si no, lávalos bajo el chorro de agua del grifo, pero sin remojo.