Siempre que pienso en platos que nunca pasan de moda, el ragú de conejo al vino blanco es el primero que me viene a la mente. Es una receta muy tradicional que combina una carne tierna y muy suave con el aroma y sabor de las verduras frescas y del vino blanco. Su preparación, aunque a priori parezca complicada, nada más lejos de la realidad, es mucho más sencilla de lo que parece, lo que la convierte en una opción perfecta para lucirte en la cocina sin complicarte lo más mínimo. Esta receta clásica respeta la tradición de la buena cocina mediterránea . Ingredientes al alcance de todos y técnicas fáciles que permiten realzar los sabores naturales de cada elemento. No necesitas ser un cocinero experimentado para triunfar con este plato casero. Unos pocos pasos y algo de mimo, tendrás en tu mesa un ragú perfecto , listo para conquistar paladares. Si, como yo, eres de los que disfrutan poniendo su toque personal, este plato te lo pone fácil. ¿Qué tal añadir unas aceitunas negras al horno o acompañarlo con una guarnición de puré de patatas? Incluso puedes sustituir el romero por tomillo fresco para darle un giro interesante. Toques de ingenio y sabor le van a la perfección a este clásico que nunca falla. Cuando prepares esta receta, recuerda que la formula para alcanzar la perfección está en los pequeños los detalles. Yo utilizo un vino blanco seco de calidad, y te aseguro que se nota mucho el sabor del plato. Si el conejo es muy magro, también suelo añadir un poco más de aceite al hornearlo para mantener la jugosidad de la carne. Con estos dos consejos triunfarás seguro . El ragú de conejo al vino blanco es una receta que se adapta a cualquier situación. Puedes sustituir el conejo por pollo, que también queda delicioso con esta combinación de verduras y vino. Si prefieres darle un toque más festivo , añade unas setas al salteado o incluso un puñado de uvas al horno; su dulzura contrasta maravillosamente con el resto de los ingredientes. Si buscas una receta navideña, puedes servirlo con una crema suave de castañas. Este plato sirve para todo, desde plato de diario a el protagonista indiscutible de tu mesa de fiestas. Con esta receta tan sencilla, tendrás la oportunidad de explorar sabores clásicos y sorprender a tus comensales con un plato lleno de tradición y calidad. Además, al hacerlo tú mismo, puedes jugar con los ingredientes amoldando el resultado final a tus gustos y a los de tus comensales, asegurando así que el resultado de la velada insuperable. No lo pienses más esta es la receta perfecta para ese evento que tienes en mente, vas a quedar como el mejor de los anfitriones.