Una de las claves de este plato es que el rabo de buey quede tierno y meloso. Para conseguirlo, es fundamental guisarlo a fuego lento y sin prisas. Sabrás que está listo cuando, al tocarlo con el tenedor, la carne se separe del hueso sin realizar apenas esfuerzo. Respecto a la presentación , para que la carne coja forma cilíndrica, colócala en un aro de cocina y déjala en la nevera durante 1 hora. Así no se desmoronará al servir el timbal. Y por debajo, servimos una capita de puré de patata . Si quieres que te quede como a un chef, mira nuestra videorreceta: