El origen del melón con jamón
Aunque no lo creas, el melón con jamón es un plato con mucha historia. En España, fue en el siflo XIX cuando vivió su época dorada como plato digno de las más sofisticadas celebraciones, como una que se celebró en Madrid en 1883 en honor de Benito Pérez Galdós y donde el melón con jamón fue el plato estrella.
Pero su origen procede de la Edad Media y el Renacimiento. La idea de mezclar ambos ingredientes tiene su origen en la teoría hipocrática de los cuatro humores, que dividía los ingredientes en fríos, calientes, húmedos y secos. Según el estado del paciente, estas características de los ingredientes hacía que muchos fueran poco recomendables o se prohibiera su consumo. En este contexto y debido a la gran humedad que tiene una fruta como el melón, los médicos prohibieron que se consumiera, ya que, según su criterio, podría dañar la digestión. Únicamente se permitía consumirlo al principio de cada comida y acompañado por alimentos secos y calientes, como el jamón.
Durante el franquismo, el melón con jamón también tuvo su momento de éxito, siendo común en las cenas de gala del dictador, lo que le dio fama y llegó a convertir este plato en todo un manjar de bautizos, bodas y comuniones durante los 70 y los 80. Así ha llegado hoy hasta nuestros días, cuando sigue siendo una delicia que se reinventa cada poco tiempo.
Después, durante décadas, ha sido denostado hasta que conocidísimos cocineros como los hermanos Roca o Ferran Adrià lo recuperaron para incluirlo en sus menús con versiones mucho más modernas y cosmopolitas.
Hoy, con esta receta, lo probamos como pinchos con menta fresca, pero también es habitual ver el melón con jamón en forma de sopa de melón con virutas de jamón, cortado en dados y envuelto con las lonchas o cortado en cubitos y mezclado como si fuera una ensalada. ¡De cualquier manera está delicioso!
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