No hay nada como unos montaditos bien hechos para empezar una comida o una cena y si tienen champiñones, para mí, muchísimo mejor porque me encantan. El revuelto de champiñones es una de esas combinaciones que siempre triunfa , es cremoso, sabroso y, además, combina de una forma sublime con un buen trozo de pan crujiente. ¿Te cuento la mejor parte de estos montaditos? Pues es sencillo, no solo son una delicia, sino que además son facilísimos de hacer. Si estás buscando un aperitivo para sorprender a tus invitados y sin ninguna complicación esta receta te va a encantar. A mí me encanta tener algo preparado en la mesa cuando empiezan a llegar la familia y amigos a mis celebraciones. Muchas veces preparo estos montaditos más que nada porque son prácticos y además siempre reciben elogios , te aseguro que nadie se queda indiferente cuando los prueban. Los champiñones le dan un toque vegeta que, mezclado con el huevo y un buen pan, es sencillamente irresistible. Además, si tienes un brunch o una comida informal, estos pequeños bocados se van a a convertir en los reyes de la mesa. Te adelanto que esta receta es de las que puedes tener lista en un abrir y cerrar de ojos. Y lo más importante, no necesitas ingredientes caros ni técnicas complicadas . Es perfecta para cuando tienes invitados en casa y no quieres pasarte horas en la cocina. Y si, como a mí, te encanta improvisar con los ingredientes que tienes en casa, este revuelto es la excusa perfecta para jugar con los sabores. Siguiendo esta receta puedes preparar variantes para todos los gustos . Lo genial de estos montaditos es que son súper versátiles. Si quieres hacer una versión más económica, puedes sustituir los champiñones por setas de temporada o incluso por calabacín. Para los más pequeños, puedes añadir un toque de queso rallado por encima y gratinarlo unos minutos en el horno, el queso fundido siempre es una apuesta segura si tienes niños a la mesa. Si buscas algo más sofisticado, prueba a añadir unos trocitos de jamón serrano crujiente por encima o incluso unas virutas de foie. Estos pequeños detalles pueden convertir unos simples montaditos en un plato digno de un evento elegante. Lo que más me gusta de estos montaditos es su versatilidad, son perfectos para cualquier ocasión . Nos vienen como anillo al dedo para un aperitivo o un entrante, pero hay que tener en cuenta que también encajan perfectamente en una cena ligera o incluso en el desayuno caprichoso que te puedes preparar un domingo. Además, puedes hacer distintas versiones en una misma tanda, jugando con diferentes ingredientes para crear montaditos de sabores variados. Imagina una mesa de aperitivos cargada de colores y texturas. Será imposible no querer probarlos todos. Si te animas a preparar estos montaditos, verás lo agradecidos que son . Sencillos, rápidos y, lo mejor de todo, deliciosos. Si estás buscando algo diferente para sorprender a tus amigos o familiares, no dudes en hacerlos, no te vas a arrepentir.