¿Mermelada de tomate? Sí, el tomate también se puede tomar en versión dulce, no solo sirve para elaborar salsas en platos salados. De hecho, una mermelada de tomate en una buena tostada con mantequilla no tiene nada que envidiar a las de otras frutas con un sabor más dulce como la fresa o el melocotón. Además, también podrás incorporarla a otras recetas saladas, para darles un toque especial, como en una hamburguesa , como si fuera ketchup, por ejemplo, y dar todo un golpe de efecto. No obstante, esta receta se puede aplicar a la fruta que quieras. La clave para hacer una mermelada está en cocerla con azúcar en el fuego. Si cierras los frascos al vacío (tienes el paso a paso al final de la receta) podrás disponer de tu mermelada de tomate durante un montón de meses sin miedo a que se estropee. Consejos Para cerrar herméticamente los tarros de cristal con la mermelada es necesario esterilizar primero los envases . Puedes hacerlo introduciéndolos en agua hirviendo durante 10 minutos y conservarlos en el mismo agua caliente hasta el momento del envasado. También puedes esterilizarlos en el horno a 110º durante el mismo tiempo. Vierte la mermelada en los tarros utilizando un embudo para no manchar los bordes. No llenes los botes hasta arriba del todo , debe quedar libre la parte del cuello, en este caso unos 2 o 3 centímetros. Presiona la mermelada para que no queden burbujas de aire con un utensilio de cocina que no sea metálico. Cierra los tarros con fuerza. Ponlos al baño María sobre una cazuela con un paño de cocina en el fondo y esta dentro de otra con la cantidad justa de agua para que cubra los botes. Dejamos hervir el agua durante 15 minutos o más. Si alguno de los tarros pierde líquido o da vueltas es que el proceso no se ha realizado correctamente y hay que empezar de nuevo solo con ese. Recuerda etiquetar los frascos con la fecha de envasado y el nombre del producto, en este caso "mermelada de tomate" y almacenarlos en un lugar oscuro, fresco y seco.