Seguro que la leche frita te suena a un postre de los de la abuela , tradicional y denso. Es un postre tradicional, una preparación a base de leche, azúcar, harina y canela que se cocina y luego se enfría antes de cortarla en cuadrados o rectángulos. Estos trozos se rebozan en harina y huevo batido y se fríen hasta que queden dorados y crujientes por fuera. Y por último, se rebozan en una mezcla de azúcar y canela . Nuestra receta de hoy respeta la elaboración tradicional de la abuela, pero sustituye la leche de vaca por leche de avena y utilizamos harina de maíz. Como ves, una versión aligerada y saludable. Como en la leche frita tradicional, esta también se aromatiza con cítricos para conseguir unos bocados deliciosos, perfectos para el postre, la merienda o para acompañar el café. ¡Pruébalos, te encantará su sabor! La leche frita es apreciada por su t extura cremosa en el interior y su cobertura crujiente , así como por su sabor a leche y canela. Es una delicia que ha perdurado a lo largo de los años y sigue siendo un plato popular en la gastronomía española y en algunas regiones de América Latina. Más recetas de leche frita: 10 trucos para una leche frita perfecta Ingredientes y medidas: asegúrate de medir con precisión los ingredientes, especialmente la leche, el azúcar y la harina, para obtener la textura adecuada en tu mezcla. Utiliza un cazo resistente: emplea una cacerola resistente al calor y de fondo grueso para evitar que la leche se queme o se adhiera al fondo durante la cocción. Remueve constantemente: durante la preparación de la mezcla, revuelve de manera constante para evitar la formación de grumos y para que la leche no se queme en el fondo de la cacerola. Canela, con moderación: la canela es un sabor característico en la leche frita, pero agrégala con moderación, ya que su sabor puede ser abrumador si se exagera. Cocina a fuego medio-bajo: la mezcla de leche, azúcar y harina debe cocinarse a fuego medio-bajo para evitar que se queme o se espese demasiado rápido. La paciencia en este paso es clave. Enfría bien la mezcla: una vez cocida, vierte la mezcla en una bandeja o fuente plana para que se enfríe por completo. Puedes acelerar el proceso colocándola en el refrigerador. Corta en frío: cuando la mezcla esté completamente fría y firme, córtala en las formas deseadas. Esto facilitará la manipulación antes de freírla. Aceite caliente y abundante: asegúrate de que el aceite esté caliente antes de sumergir las porciones de leche frita. El aceite debe cubrir completamente las porciones y estar a una temperatura de alrededor de 170-180°. Escurre el exceso de aceite: después de freír las porciones de leche frita, colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Espolvorea con azúcar y canela: hazlo justo antes de servir la leche frita. Recuerda que la leche frita puede ser un poco laboriosa, pero con paciencia y siguiendo estos consejos, puedes obtener un delicioso postre con una textura cremosa en el interior y una cobertura crujiente por fuera.