Una lasaña que se siente ligera. La magia de esta receta está en sus ingredientes. Cambiar las placas tradicionales por una base casera y apostar por el pavo como proteína principal reduce considerablemente las calorías del plato sin sacrificar el sabor. Al incorporar verduras como el calabacín y una bechamel ligera hecha con leche semidesnatada y queso parmesano, obtendrás una textura cremosa y deliciosa que no resulta pesada. ¿El resultado? Mucho mejor que una lasaña clásica . Un plato completo, equilibrado y perfecto para disfrutar en cualquier época del año. Atrevete a preparar por ti mismo la masa para las placas de lasaña , te aseguro que el resultado es espectacular. Si quieres a daptar esta receta para un menú vegano , sustituye el pavo por trozos de tofu ahumado o tempeh salteado. Para la bechamel, usa leche vegetal sin azúcar y queso vegano rallado o un poco de levadura nutricional. En cuanto a la masa, puedes omitir el huevo y agregar más agua para lograr una textura manejable. ¿Te apetece probar otro tipo de verduras? Las láminas de calabacín o berenjena asadas pueden sustituir perfectamente las placas de pasta, y además añaden un extra de sabor. Incluso podrías añadir setas salteadas al relleno para un toque más terroso. Un plato para compartir sin culpas. Esta lasaña de pavo con calabacín es perfecta para disfrutar con amigos o en familia . Su ligereza no compromete su sabor, y la mezcla de texturas entre el pavo, las verduras y la bechamel te hará querer repetir. Además, es una receta ideal para quienes buscan alternativas a las comidas más pesadas o para aquellos que simplemente quieren incorporar más vegetales a su dieta diaria. ¡Anímate a preparar esta versión ligera y llena de sabor del clásico italiano ! Con opciones para personalizarla y adaptarla a tus gustos, no solo tendrás un plato delicioso, sino también una receta que cuidará de ti y de los tuyos.