En este salteado, los guisantes son el protagonista indiscutible. Su color verde vibrante y su sabor dulce se complementan a la perfección con los trozos crujientes de beicon, que añaden una nota salada y ahumada a cada bocado. Las cebollitas, por su parte, aportan suavidad y un toque de dulzura caramelizada que eleva el plato a otra dimensión. La preparación de este salteado es rápida y sencilla , pero el resultado es una combinación de sabores y texturas que deleitarán a tus sentidos. Los guisantes, beicon y cebollitas se cocinan en una sartén caliente, resaltando sus sabores naturales y creando una armonía perfecta de ingredientes. Este plato es una excelente opción como guarnición para cualquier comida , o incluso como un plato principal ligero y sabroso ( puedes añadirle un huevo poché para completar los nutrientes). La versatilidad de este salteado lo convierte en un imprescindible en tu repertorio culinario. ¿Mejor con guisantes frescos o congelados? Los guisantes son una buena fuente de proteínas, fibra y vitamina C. Una ración de guisantes tiene casi tanta proteína como un huevo, no llega a un gramo de grasa, y cero colesterol. También aportan minerales, como el fósforo y el potasio. Los guisantes frescos, que tienen una temporada muy corta en primavera, son ideales cuando se busca una experiencia culinaria de otro nivel. Son tan apreciados que incluso les llaman el oro verde de la cocina. Y los guisantes congelados son una excelente opción para disponer de guisantes durante todo el año, ya que se mantienen frescos y listos para usar en cualquier momento. Ambas opciones ofrecen una variedad de posibilidades culinarias y pueden adaptarse a diferentes preferencias y necesidades en la cocina. Estas son las principales diferencias entre guisantes frescos y congelados: Textura Los guisantes frescos son firmes y crujientes, tienen una textura más al dente. Los congelados, en cambio, son más tiernos una vez cocinados. Sabor Los guisantes frescos tienen un sabor dulce y pronunciado, especialmente cuando se consumen inmediatamente después de ser recolectados. Los congelados retienen parte de su dulzura natural, pero su sabor puede ser ligeramente menos intenso. Preparación Los guisantes frescos requieren un poco más de tiempo para preparar, ya que debes desgranarlos de las vainas antes de cocinarlos. Los congelados, en cambio, ya vienen listos para usar y se pueden añadir directamente a los platos sin descongelarlos previamente.