La clave de este plato es su bonita presentación. Para que las alcachofas queden perfectas es fundamental limpiarlas bien. Para ello, retira las hojas exteriores, que son las más duras, hasta quedarte solo con los corazones, corta las puntas y, luego, cuécelos al vapor o hiérvelos con agua y sal hasta que queden tiernos, pero enteros. Este paso es importante porque si las alcachofas quedan demasiado blandas, se desharán y no conseguirás tener la flor. Finalmente, córtales el tallo para que quede una base lisa, abre las hojas con cuidado hasta llegar a las más pequeñas y dóralas en una paella o sartén. Si te encantan las alcachofas, prueba la crema de alcachofas con chips y jamón serrano , las tartaletas de alcachofas y crema de queso o las alcachofas rellenas de marisco .