¿Conoces la expresión flipar en colores? Pues con este postre vas a flipar… ¡en color naranja! Fliparás con su sabor, con su textura y con la elaboración. Al final, es como una super gominola de naranja transformada en tarta, ya verás.
Como te decía en el titular, este postre superfácil se elabora con solo 3 ingredientes: zumo de naranja, azúcar y harina de maíz, que es el espesante que le da la textura gelatinosa al reaccionar con el calor.
Que no te impresione, no es nada complicado elaborar este postre. Basta con mezclar el zumo de naranja con el azúcar y la maicena en un cazo, llevarlo al fuego y remover con varillas manuales hasta que surja la magia: verás cómo, poco a poco, la mezcla va espesando, sin que tengas que hacer nada más.
Luego, deberás volcar la masa resultante en un molde (nosotros hemos utilizado uno en forma de semiesfera, pero puedes emplear el que tengas en casa, aunque tenga otra forma). Lo que sí es aconsejable es que sea un molde un poco flexible, por ejemplo de silicona, porque así te resultará más fácil desmoldar el postre cuando se haya enfriado.
Sí, porque lo que más tiempo lleva de preparar en este postre fácil es esperar a que se enfríe, primero a temperatura ambiente y, cuando ya esté atemperado, en la nevera. Este postre de naranja se toma frío y es muy ligero, así que resulta ideal para servir después de una comida abundante. Si yo lo estoy pensando, seguramente tú también: ¡es una receta perfecta para cualquier día de la Navidad! Seguro que a todos les apetece un postre ligero, refrescante y muy digestivo.
Como verás en la lista de ingredientes, hay 4 y no 3. Es que el cuarto es opcional, simplemente decorativo, aunque también añade algo de sabor a la receta: es un poco de coco rallado con el que espolvoreamos el postre una vez desmoldado, para darle un aspecto nevado (si es que todo nos lleva a la Navidad…).