El flan de huevo es un postre tradicional y muy clásico pero siempre podemos personalizarlo y darle un toque distinto añadiendo sabores de frutas y frutos secos o distintos tipos de queso . En esta ocasión, nosotras hemos elegido el plátano y es que su textura sedosa (cuando está bien maduro) y su sabor dulce y suave es un aliado perfecto para esta receta que tantas alegrías nos da en la cocina. Por lo demás, esta receta es bastante básica y no entraña ninguna dificultad más que la de cocinar el flan al baño María en el horno. Pero el único secreto que tiene esta parte es la de añadir la cantidad correcta de agua para que el flan se haga de manera homogénea. ¿La solución? Que el líquido llegue casi tan alto como la masa. ¡No tiene más! Por otro lado, también puedes hacer tú el caramelo (abajo te indicamos cómo) en lugar de comprarlo ya hecho. Supondrá un paso previo más pero el resultado merece la pena porque puedes ajustar el color y la cantidad que quieras ponerle en función de tus gustos personales. Si tienes flaneritas individuales y te gustan más para servir así el postre, adelante. Vigila el tiempo de cocción, eso sí, porque seguramente se hagan antes que si lo haces en un molde grande. Consejos: Haz tu propio caramelo para el flan. Calienta en un cazo 3 cucharadas de azúcar y añade unas gotas de zumo de limón, ve removiendo hasta que se diluya y obtengas un caramelo claro. Si quieres que sea más liquido, añade un poquito de agua. ¿Qué otras frutas son adecuadas para hacer un flan? Los frutos rojos, las fresas, los melocotones o incluso el kiwi pueden ser adecuados para hacer un flan. Ten la precaución de cocerlas un poco antes para que tengan una textura más suave. Con el plátano maduro no hace falta porque suele ser muy blandito pero con otras frutas más duras es necesario.