Masticar chicle, remojar en agua fría, cortar bajo el agua fría, poner vinagre en la tabla de cortar, encender una vela cerca de la tabla de corte, congelar ligeramente antes de cortar... estos son solo algunos de los trucos que he probado para no llorar picando la cebolla. Pero os lo adelanto: no me funcionan. Algunos atenúan mis lágrimas, pero pararlas por completo, ninguno.
Últimamente, y sin haberlo leído en ningún artículo de gurús de la cocina, estaba optando por ponerme las gafas de sol y tengo que reconocer que algo conseguían, pero, teniendo en cuenta que la cosa va de cuchillos afilados, terminaba quitándomelas y llorando con ganas, por miedo a cortarme sin ver con absoluta claridad (incluso pensé en ponerme las gafas de natación del peque, permitidme la broma, pero la cebolla, definitivamente, me desesperaba).
¿Por qué lloramos cuando cortamos cebolla? Cada vez que el cuchillo corta la cebolla se cortan sus células y la cebolla libera diferentes sustancias químicas (encimas y aminoácidos sulfóxidos y compuestos con azufre) que producen un gas que provoca el efecto lacrimógeno. Y no podemos parar de llorar, y cuanto más lloramos, más lagrimeo nos provocamos.
Hoy puedo decir que he encontrado la solución. Y era más fácil de lo que parecía, ¡se trata tan solo de calentar la cebolla al microondas durante 15 segundos! Te explico cómo hacerlo con más detalle:
- Corta los extremos de la cebolla y retira la primera capa de piel.
- Colócala en el microondas y caliéntala durante 15 segundos a potencia media.
- Retírala del microondas, pélala y córtala de la forma en que necesites tenerla para tu receta
¿Por qué ya no llorarás? El calor ayuda a desactivar las encimas que liberan el gas irritante reduciendo el lagrimeo.
Y para celebrar el descubrimiento te dejo aquí la receta de una de mis sopas favoritas, la de cebolla (y la que más pereza me daba por el lloriqueo, lo confieso).
Sopa de cebolla de la abuela
Para 4 personas
Ingredientes
- 500 gramos de cebollas
- 60 gramos de mantequilla
- 1 litro de caldo de pollo
- 100 gramos de pan rústico
- 150 gramos de queso gruyer, emmental y comté
- Sal
- Pimienta
Paso a paso
Corta el pan y hornéalo
Corta el pan en rebanadas de 1,5 cm aproximadamente. Si vas a usar recipientes individuales para servir, lo más cómodo es que el pan sea estilo baguette. Hornea el pan 5 minutos por cada lado (con el horno precalentado) a 250º vigilando que no se queme. Reserva.
Corta la cebolla
Pela y corta la cebolla en juliana lo más fino que puedas. Ralla el queso y reserva.
Pocha la cebolla con la mantequilla y salpimienta
Derrite la mantequilla en una cazuela a fuego medio. Añade la cebolla y mézclala bien con la mantequilla. Salpimienta al gusto teniendo en cuenta la sal que ya lleva el caldo de pollo y el queso.
Agrega el caldo
Rehoga 30 minutos, removiendo de vez en cuando. Incorpora el caldo y cocina 15 minutos.
Hornea
Mezcla bien y sirve la sopa en boles individuales aptos para horno.
Decora y gratina
Pon 2 o 3 rebanadas de pan tostado en cada bol. Añade el queso rallado sobre el pan. Gratina en el horno hasta que el queso esté dorado y sirve caliente.
Si quieres ver la receta en acción, te dejo también el vídeo para que puedas hacerla de forma sencilla.
Y en una línea más romántica, te sugiero este fantástico artículo en el que te contamos la leyenda de las cebollas, y descubrirás, en clave de cuento, por qué las cebollas nos hacen llorar.
Recetas con la cebolla como ingrediente protagonista
- Cebolla caramelizada, la guarnición más sabrosa: El proceso de caramelización es casi un arte y el resultado es delicioso. Aprender a realizar la técnica te resultará de gran ayuda para conseguir la mejor guarnición para tus recetas (¡la cebolla va bien con todo!)
- Pakoras de cebolla con salsa de yogur griego: típicas de la India, son verduras envueltas en un rebozado de harina de garbanzos. En Cocina Fácil las hemos hecho de cebolla y las hemos acompañado de salsa de yogur.
- Aros de cebolla en tempura: un básico a la hora del picoteo, con los trucos para convertirlos en un bocado exquisito que volará del plato en un segundo.
- Aros de cebolla rellenos de alcachofas y espinacas: un aperitivo de lo más original, muy fácil de hacer y con un rebozado de panko que los convierte en los más crujientes. (y quedan supercremosos por dentro)