Vas a preparar una receta con calabacín y de repente te asalta la duda ¿Debería pelarlos o dejarlos con piel? Hay personas que prefieren pelarlos porque piensan que la piel aportará al plato un desagradable sabor amargo, no podían estar más equivocadas.
Además de aportar textura así como un bonito contraste de color en tu plato (ya que la piel tiene una tonalidad muy distinta a la pulpa), en la piel del calabacín se encuentran una gran cantidad de vitaminas además de toda la fibra de la hortaliza. Es decir, si lo pelas, estarás eliminando la mayor parte de sus nutrientes, mucho más abundantes en la piel que en la pulpa.
¿Puedo comer el calabacín crudo con la piel?
La respuesta es sí, no necesitas cocinarlo para poder comer la piel, ya que digerirás igualmente el alimento y te beneficiarás de todas sus propiedades. Una de las mejores formas de comerlo crudo es preparando este hummus de calabacín, igualmente puedes cortarlo en bastones para añadirlos a este bowl de pavo, quinoa y feta con hummus de berenjena.
También es habitual añadir láminas de calabacín crudo a las ensaladas, por ejemplo. Necesitarás una mandolina para cortarlo lo más fino que puedas.
Si lo prefieres, puedes hacer espaguetis de calabacín, cortándolos con un espirulizador. Luego puedes saltearlos ligeramente o cocinarlos apenas unos minutos al vapor, pero en crudo también están deliciosos.
Y si quieres añadir calabacín por ejemplo a la masa de unas croquetas, o a unas hamburguesas, tampoco hace falta que lo cocines. Rállalo bien fino ¡y listo!
¿Cómo debo lavar el calabacín antes de comerlo?
Tanto si lo compras en la frutería como si lo adquieres en el supermercado, siempre debes lavarlos con una solución a base de agua (2 vasos) y vinagre (½ vaso) y enjuagarlos con abundante agua bajo el grifo. Así te asegurarás de eliminar los posibles gérmenes, bacterias o restos de tierra que puedan tener.
¿Tengo que darle otro tipo de cocción al calabacín si le dejo la piel?
No tienes que cocinar tus calabacines de forma especial aunque le dejes la piel. Lávalos siguiendo nuestras recomendaciones, despúntalos y sigue las indicaciones marcadas en la receta para cocinarlos. Además para según qué cocciones como la parrilla, es mucho mejor dejarles la piel, ya que si la eliminas, el calabacín podría deshacerse, puesto que su contenido es mayoritariamente agua.
Cómo pelar calabacines
En caso de que no te guste la piel, de que quieras una crema más sedosa, de que su textura te resulte desagradable o se te hayan pasado al estar demasiado tiempo en la nevera y tengas que pelarlos, te contamos la forma más fácil de hacerlo. Hazte con un buen pelador de verduras, y con el calabacín limpio, empieza retirando la piel conforme lo vas girando. Por último despúntalo y corta la base con ayuda de un cuchillo afilado.
Y si lo que no te gusta es el color...
No eres ni el primero ni el último a los que las comidas "verdes" no les entran por los ojos. A muchos niños, por ejemplo, les pasa. El sabor sí, el color no. Para que por ejemplo una crema de calabacín no te quede de un color verde tan intenso, prueba a pelar solo la mitad del calabacín (haciéndole unas rayas verticales). Así mantendrás la mitad de los nutrientes de la piel y la comida no tendrá un verde tan subido.