Las ensaladas con legumbres son las reinas del verano: con garbanzos, lentejas, alubias... te aseguras la aportación de este valioso nutriente que deberías consumir 3 veces por semana. Lo más sencillo es prepararlas con un buen bote de conserva, que solo hay que vaciar el bote, enjuagar y escurrir, pero si prefieres cocer los garbanzos en casa, ponlos en remojo 24 horas antes de cocinarlos y luego los cueces en una olla cubiertos con agua fría, a fuego suave, que es la manera de que no se suelte la piel. El proceso es algo lento, así que si tienes olla exprés, ponlos en la olla, cúbrelos con agua (que los sobrepase un par de dedos), tapa y enciende el fuego. En unos 20 minutos a partir de que la olla empiece a silbar estarán listos. Si cueces mucha cantidad puedes congelar los que te sobren, así cuando quieras volver a preparar ensaladas de garbanzos , solo tendrás que descongelarlos.