Ingrediente básico de la cocina marroquí, el cuscús cada vez está más integrado en nuestra alimentación. Y es que, además de ser muy sencillo de hacer y delicioso, al estar precocido, es rapidísimo de cocinar. Solo hay que mezclarlo con la misma cantidad de caldo o de agua en ebullición, dejarlo reposar y, luego, una vez pasado el tiempo, removerlo con las púas del tenedor para que todos los granitos queden sueltos y no se peguen entre sí. Una vez preparado se puede servir con infinidad de ingredientes. Puedes decantarte por unas verduras salteadas, por unas gambitas salteadas, por un guiso de carne o, como en la receta de hoy, por unos mejillones en salsa . La particularidad de este cuscús es la rica salsita de mejillones que lo acompaña. Para realizarla, prepara un sofrito con cebolla y pimiento pochaditos, salsa de tomate y vino blanco y, cuando tengas todos los ingredientes bien integrados, agrégales los mejillones. Este es el paso clave de la receta. Y es que los moluscos, al abrirse, soltarán toda su esencia en la salsa y le aportarán todo su sabor. Un apunte: colócalos en una cazuela amplia, para que no queden muy apretados. De esta manera se abrirán mejor. Y, sobre todo, una vez cocinados, descarta los que sigan cerrados. Consejos y variantes para el cuscús con mejillones Para que el plato sea todo un éxito, asegúrate que los mejillones sean bien frescos y de calidad. Lo mejor es que los compres en una pescadería de confianza. Una vez en casa, descarta los que estén rotos o que, al tocarlos, no se cierren. En el momento de cocer los mejillones, agrega una hojita de laurel . Le aportará un extra de sabor al plato. Acuérdate de retirarla al triturar la salsa. La presentación queda más elegante con la salsa triturada, pero también puedes dejar los trocitos de cebolla y pimiento verde enteros. Si tienes una comida especial, puedes poner el cuscús en un aro de repostería y, encima, colocar los mejillones con su salsita. Decora con un poco de cebollino picado.