Quizá lo conozcas o quizá te suene a chino, pero lo cierto es que el crumble de manzana es un riquísimo dulce tradicional de origen anglosajón que sirve de base a muchos postres, y que puedes tomar a cualquier hora del día: como desayuno de fin de semana, después de comer, a media tarde, o simplemente cuando te apetece algo dulce y reconfortante. Es de esas elaboraciones que triunfa últimamente en Instagram, y no es de extrañar porque es realmente fácil de hacer y cuenta con unos ingredientes muy asequibles al alcance de todos como son harina, mantequilla y azúcar. Aunque este es de manzana, también puedes hacerlo con otras frutas , lo que te vendrá genial para aprovechar las frutas de temporada, que siempre están mejor de sabor y precio. ¿Necesitas inspiración? Aquí tienes el crumble crujiente de frutos rojos , el crumble de manzana y arándanos , el crumble de plátano y piña o el crumble de nectarinas. En realidad, el crumble de manzana son dos elaboraciones en una. Por un lado la base de manzana cocida y dulce, muy agradable al paladar, y por otro la cobertura crujiente; pero no te asustes porque, aún así, no tardarás nada en hacerlo, en total menos de 40 minutos. La cobertura tiene una textura parecida a las galletas desmenuzadas , y puedes hacer sencillamente con harina o agregar otros ingredientes como copos de avena, frutos secos o canela. Una vez pongas esta capa sobre la fruta, tendrás que presionarla bien para que quede compacta. Cuando lo hayas horneado, puedes servirlo recién hecho o templado , aunque también puedes tomarlo frío. Está muy rico acompañado de una bola de helado de vainilla, natillas de vainilla o crema de yogur aromatizada con miel. Consejos para un crumble de 10 A la hora de elaborar el crumble, si notas que la mezcla queda algo seca y quebradiza, lo que tienes que hacer es añadir un poquito más de mantequilla pomada hasta que consigas la textura deseada. Si quieres que el crumble quede más crujiente, puedes precocerlo en el horno y luego hornearlo de nuevo, ya con la fruta incorporada. En cualquier caso, lo importante es que precalientes el horno para que tenga la temperatura adecuada. ¿No tienes manzanas pero sí peras? Pélalas, córtalas en cubitos y mézclalas con 2 cucharadas de azúcar, unas semillas de vainilla y un poco de canela. Deja que repose 20 minutos para que coja sabor y luego continúa la receta con los pasos arriba indicados. Al igual que sucede con la mayoría de recetas caseras, puedes potenciar su sabor añadiendo más frutas, especias o incluso algún licor suave (excepto si hay niños, claro). Por otro lado, lo ideal es que la fruta quede jugosa, pero si tiene demasiado líquido lo que conseguirás es que se reblandezca la cobertura. Espolvorea un poquito de harina y lo solucionarás. Aunque lo asociamos a dulce, también puedes hacer crumble para recetas saladas. Buena prueba de ello es la crema de apionabo y perejil con crumble de tomillo. Para elaborar este peculiar crumble deberás mezclar harina de arroz, margarina, nueces en polvo, tomillo, sal y pimienta, hasta que obtengas una masa de galleta terrosa. A continuación extiéndela en una bandeja de horno con papel sulfurizado y cocina a 175 °C durante 8 minutos. ¿Y si te decimos que hasta con gratinado de verduras está bueno? Mezcla harina, ajo picado, mantequilla, una pizca de sal y hierbas aromáticas como perejil, albahaca y tomillo. Trabaja bien la masa con las manos para formar una especie de migas. Deja que repose unos minutos en el frigorífico.