Las cremas son un gran recurso en cualquier época del año. Y es que se pueden tomar calentitas, cuando bajan las temperaturas, para reconfortarnos, o frías, en verano, para hidratarnos y llenarnos de vitaminas y minerales. Hoy, te descubrimos una idea, apta para todos los niveles de cocineros, tanto los que están empezando como los más experimentados, que puedes preparar siempre que quieras y que te va a encantar por su delicioso sabor: una crema de judías verdes . Si siempre has pensado que las judías verdes son aburridas, no te pierdas esta receta porque vas a cambiar de opinión. Gustosa y con un bonito color verde, es ideal para tus menús del día a día por su rápida realización, pero también la puedes servir un día que tengas invitados a comer. Será un entrante que no olvidarán. Otras ideas con judías verdes que puedes incorporar a tu recetario personal son la lasaña de judías verdes con puerro y salmón , las judías verdes a la mallorquina, con sobrasada y almendras , o las judías verdes rehogadas con patatas, ajo y pimentón . Las claves de la receta Esta receta es tan sencilla de hacer que no te hará pereza ponerte manos a la obra. Para que quede perfecta, primero, corta el puerro en rodajas y sofríelas durante unos minutos para que suelten todo su sabor en el aceite. Si no tienes puerros, también puedes usar una cebolla . Luego, agrega las judías verdes y las patatas , remueve y deja unos minutos. Es importante que las verduras se impregnen por todos los lados con el aceite. Así que remuévelas bien y no tengas prisa en verter el caldo de pollo. Más tarde, cubre totalmente las judías verdes y las patatas con el caldo y cuécelas unos 20-25 minutos. Cuando las verduras estén tiernas, solo te quedará triturarlas con el caldo de cocción hasta obtener una crema suave y homogénea . Piensa que, en función del líquido que dejes en la olla, más líquida o espesa quedará la crema. Tú decides. Antes de servir, decora con los taquitos de jamón fritos. Consejos para enriquecer tu crema de judías verdes Con frutos secos, pipas y semillas. Puedes espolvorear unas nueces o unos anacardos picaditos por encima. También puedes decantarte por pipas de girasol o de calabaza, semillas de sésamo dorado o negro… Con quesos. Para esta crema quedará muy bien un queso untuoso, tipo Philadelphia, pero también puedes optar por queso parmesano rallado, trocitos de gorgonzola o de Roquefort. Con gambas. Pela las gambas, saltéalas en una sartén con un hilo de aceite y un pellizco de sal y colócalas sobre la crema. Con ahumados. Aunque el más popular es el salmón, también puedes usar trucha, sardina, bacalao… Con tropezones de pan. Corta el pan en daditos y dóralos en una sartén con un poquito de aceite. Antes de colocarlos en la crema, déjalos escurrir sobre papel de cocina para que no queden muy aceitosos. Con verduritas crujientes. Prueba con unos chips de calabaza o calabacín. Una buena idea es aprovechar la parte verde del puerro que has descartado al realizar esta receta para preparar un crujiente. Córtalo en juliana muy fina y fríe las tiritas en una sartén con abundante aceite caliente.