La gran ventaja de asar la calabaza previamente para hacer una crema es el sabor tan espectacular que vamos a conseguir. Vas a notar que se diferencia mucho de cuando simplemente la cocemos además de que queda una textura algo más suave. La desventaja es que vamos a tener que utilizar un caldo de verduras para triturarla y que sea más una crema que un puré. Pero no es nada demasiado complicado de solventar. Esta receta tiene otros dos puntos que marcan la diferencia con respecto a los de otras cremas de verduras. El primero es que le ponemos curry. Esta mezcla de especias que habitualmente se hace utilizando cúrcuma, comino, canela, jengibre, nuez moscada, clavo, etc. le aporta un toque de lo más especial que transforma por completo este plato tan típico de las cenas otoñales en algo exótico mucho más apetecible. El otro punto fuerte es el de las almendras tostadas. A una crema siempre hay que añadirle un elemento crujiente y, sin duda, este es el que mejor le va a esta elaboración en concreto. También se le ponen como toppings un poco de sésamo, que también aporta un toque crujiente, y la parte verde de la cebolleta picada, que aporta frescor y un toque picante irresistible. Consejos Al cocinar la calabaza directamente el horno perdemos la oportunidad de que ella misma genere un caldo en el que merezca la pena triturarla. Sin embargo, basta con que elaboremos un caldo echando mano de otros ingredientes. Puedes incorporar las propias cáscaras de calabaza bien limpias y otros restos de vegetales que tengas en la nevera o que vayas a necesitar para hacer un puré u otras elaboraciones. Añade un puerro, un par de zanahorias, una cebolla, un nabo... y deja que cueza todo mientras horneas la calabaza. Añade un poco de sal y cuélalo antes de utilizarlo para la crema. Agrégalo poco a poco y si te sobra puedes congelarlo para la próxima vez que hagas esta receta. Asa también una manzana pelada y despepitada junto con la calabaza y agrégala a la crema. Le aporta un toque dulce espectacular.