Hay algo irresistible en los bocados pequeños. No sé si es por la sensación de poder comerlos con las manos, por lo bonitos que quedan en la mesa o porque siempre nos permiten probar “uno más” sin remordimientos. Estas cestitas de carne tienen ese efecto. Aparecen en la mesa y, sin darte cuenta, desaparecen . Y no, no es magia. Es que están buenísimas. Lo mejor de esta receta es que parece mucho más elaborada de lo que realmente es . En casa, la primera vez que las preparé, todos pensaron que las había comprado en una pastelería. “¡Qué monas te han quedado!”, me dijo mi hija mientras se comía la tercera. Y es que solo necesitas unas tartaletas ya hechas, un poco de carne picada y un toque de queso para montar un aperitivo de campeonato. Además, puedes hacerlas con antelación y darles el toque final en el horno justo antes de servir. Son perfectas para una cena de picoteo, una celebración informal o para esos días en los que quieres salirte del típico canapé de siempre. Y si te sobran (aunque es difícil), al día siguiente están igual de ricas templadas. Variantes, trucos y sugerencias Esta receta admite tantas variaciones como tu despensa permita . Puedes cambiar la carne de cerdo por ternera, pollo o incluso una mezcla. Y si buscas una opción más ligera, prueba con carne vegetal, el resultado te sorprenderá. En lugar de pimiento rojo, puedes usar calabacín picado, berenjena o incluso maíz dulce para darle un punto diferente. Y si quieres que tengan un toque más especiado, añade una pizca de comino, orégano seco o pimentón dulce a la mezcla de carne. Para una versión más festiva, cambia el queso rallado por unas lascas de parmesano o un poco de queso de cabra desmenuzado. Y si las quieres presentar con un extra de color, corona cada tartaleta con un cherry cortado a la mitad o un trocito de aceituna negra. Un bocado ideal para compartir (y repetir) Estas cestitas de carne son un ejemplo de cómo, con ingredientes sencillos y un poco de gracia, se puede conseguir un resultado vistoso a la par que delicioso . No hace falta ser un chef para montar un aperitivo que parezca sacado de un catering. Además, son súper versátiles, puedes hacerlas para una fiesta, una merienda salada o como parte de una cena tipo bufé. Y lo mejor es que siempre, siempre, se acaban. Son de esas recetas que te piden que las repitas. Así que ya lo sabes, si buscas una receta fácil, resultona y que guste a todo el mundo, estas cestitas de carne te van a solucionar más de una reunión. Prepáralas una vez… y te las pedirán siempre .