Esta es una receta de centollo . No lo decimos al azar, es que no es lo mismo centollo que centolla. Macho y hembra de este marisco tienen diferencias, no solo en el tamaño ( los centollos son más grandes ), sino también en su interior, pues las hembras suelen tener coral , que son las huevas, y que por supuesto aportan un sabor distinto al plato. Para este plato, utilizamos el propio caparazón del animal para servir , previamente despojado de sus patas. Lo cocemos entero, y le quitamos las patas después. Pero para aprovechar toda su carne, debes extraer también la de las patas (si no, qué gran desperdicio...). Rómpelas con un mazo y extrae la carne. Otro dato importante: cuando abras el centollo, dejará ir unos jugos que tienen todo el sabor a mar y tampoco hay que desperdiciarlos. Así que ábrelo sobre un bol o un recipiente en el que puedas recoger esos jugos para después incorporarlos a la receta. Y si lo de servir el marisco en su propia concha te ha gustado, tenemos otras recetas en las que utilizamos la misma técnica, como los mejillones tigre clásicos, las vieiras a la gallega o las conchas de marisco y vieiras . Trucos para un gratinado perfecto del centollo: Nosotros hemos gratinado el centollo con una mezcla de pan rallado y perejil picado, añadiendo unos dados de mantequilla que ayudan a que el gratinado quede más dorado. Ten en cuenta que el centollo y su relleno ya están cocidos, así que no alargues el tiempo de gratinado o te quedará demasiado reseco. También podrías añadir al pan rallado unos frutos secos picados, como avellanas o almendras, nueces o incluso pistachos. Le darían un plus de sabor a la receta.