El brownie es un postre que no falla. Lo tiene todo. Es fácil de hacer, rápido, gusta a todos (en especial a los fans del chocolate ) y ofrece infinidad de posibilidades a la hora de presentarlo. Para cortarlo en porciones , que es la forma más habitual de servirlo, puedes usar un cuchillo de sierra (corta con decisión, para no romperlo ni desmigajarlo), o cortarlo utilizando un cortapastas de forma cuadrada o rectangular, así te aseguras de que todas las porciones te queden exactamente iguales. La receta original del brownie, que es un bizcocho de chocolate con nueces , procede de Estados Unidos, donde cuentan que se creó a finales del siglo XIX. Y, como la tarta tatin, también se dice que nació del error de un pastelero, que se olvidó de añadir levadura a la masa. Así que el bizcocho no subió... pero lo que podría haber sido un desastre repostero, se convirtió en una delicia que ha conseguido hacerse famosa en el mundo entero. Hoy se hacen versiones muy variadas del brownie original, con modificaciones en algunos ingredientes, así que los más puristas podrían decir que no son brownies... Pero ¿qué más da cómo les llames? Al final, se trata de disfrutar haciendo un postre fácil y buenísimo. Por ejemplo, puedes preparar un brownie fácil con crema de cacao y avellanas , o uno con un toque de whisky , o un brownie de cheesecake con frambuesas . Con qué servir tu brownie de nueces Aunque por sí solo es un postre de lujo, si quieres lucirte aún más, puedes servir el brownie con: Una bola de helado de tu sabor preferido. El de nata o de vainilla es un valor seguro, pero prueba con otras combinaciones, con helado de fresa, de leche merengada, de limón... Un buen copete de nata montada . Ponla sobre cada porción de brownie con ayuda de una manga pastelera con boquilla rizada, verás qué bonito. Unos hilos de chocolate fundido . Puedes usar chocolate negro, con leche o blanco. Fúndelo en el microondas y luego déjalo caer desde una cucharilla sobre el brownie.