Perfectos para tomar un día que tengas invitados en casa o, simplemente, cuando quieras sorprender a los tuyos con un caprichito dulce, estos borrachitos clásicos lo tienen todo para triunfar en la mesa. Esponjosos, blanditos y superjugosos, tienen su delicado sabor a ron conquistará a todo el mundo. Procura preparar bastantes porque, a la que los lleves a la mesa, nadie podrá resistirse a comer solo uno. La clave de este dulce es empapar bien el bizcocho con el jarabe de ron. Para ello, una vez frío, colócalo en el molde del revés, pínchalo con un palillo o una brocheta para facilitar que el almíbar penetre por todas partes y resérvalo en la nevera. Luego, solo te quedará cortar el bizcocho de la forma que más te guste, espolvorearlo con azúcar y quemar la superficie hasta que quede caramelizada. Un consejo: aunque está muy sabroso recién hecho, si puedes resistir, guárdalo para el día siguiente y todavía estará más rico. Si te apetece descubrir otros dulces en tamaño mini, echa un vistazo a los bocaditos de zanahoria , a los pastelitos esponjosos de chocolate sin horno o a los bizcochitos individuales de té matcha . Consejos y variantes para los borrachitos clásicos Puedes acompañar los borrachitos con unos rosetones de nata montada , ralladura de piel de naranja o unos frutos rojos . En lugar de ron, puedes agregar vino dulce , brandy … La mantequilla se trabaja mejor si está blandita. Si puedes, sácala de la nevera media hora antes para que se vaya atemperando.