Preparar una tarta de cumpleaños es un placer, más todavía cuando la hacemos para un niño pequeño. Si te gusta la repostería seguro que disfrutas de lo lindo haciendo dulces para los más pequeños de la casa y con esta tarta de buttercream puedes lucirte porque queda preciosa. Solo hay que hacerse con tintes alimentarios de tres colores, aquí hemos elegido turquesa, rosa y naranja, pero tú puedes optar por los colores favoritos del cumpleañero. En esta receta hemos partido de bizcochos ya elaborados que puedes hacer previamente siguiendo esta receta de bizcocho red velvet o esta otra de bizcocho de vainilla. Una vez los tengas listos solo habrá que elaborar la buttercream, que no es otra cosa que una crema en la que la mantequilla es la protagonista. Para que te salga bien es importante dejar la mantequilla a temperatura ambiente durante un rato para que se ablande y luego se mezcle bien con el resto de ingredientes: azúcar glas y unas gotas de aroma de vainilla. La decoración es la clave de que este pastel quede tan vistoso. Hay que separar la buttercream en tres partes y teñir cada una de ellas con un color diferente. Luego se rellena el pastel y se unta el exterior y para que quede el efecto degradado se pasa una espátula por todo el lateral y así los colores se funden. Consejos: Pintar las letras con el glaseado no es la tarea más sencilla del mundo. Te recomendamos que te hagas con una manga pastelera de tamaño pequeño que será más manejable y que practiques antes en otra superficie antes de decorar la tarta. Añade virutas, estrellas de colores, perlas de azúcar... lo que más te guste en la base pero que tenga muchos colores y reserva un espacio en la superficie para una vela bonita. Puedes convertir esta tarta en una tarta unicornio colocándole un cuerno de chocolate en espiral decorado con purpurina en la parte superior de la tarta.