Cuando pensamos en berenjenas rellenas , nos viene a la cabeza la berenjena partida por la mitad en horizontal y rellena con carne picada y salsa de tomate. Pues esta receta es una revisión de ese plato, no solo a nivel de ingredientes, sino también de presentación. Porque, para empezar, las berenjenas se cortan en trozos de unos 5 cm de grosor, lo que es mucho más práctico a la hora de repartir el plato entre los comensales, y también hace que la presentación del plato sea un poco más cuidada. En cuanto a los ingredientes, sustituimos la carne picada por más verduras, rehogadas en la sartén, en concreto calabacín, cebolla, zanahoria y tomate. Así se transforma un plato que tradicionalmente lleva carne en una receta vegetariana , llena de sabor y con muchas vitaminas. Las berenjenas, calabacines y zanahorias son hortalizas que hoy en día puedes encontrar durante todo el año tanto en el mercado como en el supermercado, así que si te gusta este plato, podrás hacerlo siempre. Puedes probar con las diferentes variedades de berenjenas que hay en el mercado. Las más convencionales, las de toda la vida, son las negras, pero también puedes encontrar berenjenas moradas, rayadas e incluso blancas. Y es que hay muchas variedades de berenjenas, no solo por su color, sino también por su forma (más alargada, más globoide...) y por su procedencia. Y aunque puede que los chefs prefieran unas u otras para según qué receta, la verdad es que para hacerlas en esta receta pueden funcionar todas. Y si es temporada de berenjenas y buscas más recetas para preparar esta hortaliza, no te pierdas las berenjenas gratinadas a modo de pizza, las rellenas con pimientos y huevo , o prepara con ellas unas deliciosas croquetas con brie , que son una delicia con un sutil toque de curry. Te gustarán. Cómo dar un plus a las berenjenas con frutos secos. Aquí hemos usado pipas de calabaza y de girasol , pero puedes sustituirlos por cualquier fruto seco que tengas en casa, desde almendras a cacahuetes, anacardos, avellanas, nueces... Es ideal utilizar los frutos secos crudos , y tostarlos tú en una sartén o en el horno, sin añadir ningún tipo de grasa. Son más saludables que los frutos secos que ya se venden fritos, porque añaden menos grasas y menos sal a la receta (y además lo puedes controlar). Si son frutos secos grandes, como las nueces o los anacardos , pícalos antes de espolvorear las berenjenas. Si te gusta el contraste de sabores dulce/salado, puedes caramelizar los frutos secos antes de añadirlos a la receta. Deshaz una nuez de mantequilla en una sartén, añade dos cucharadas de azúcar y cuando se haya fundido, añade los frutos secos y remueve para que se impregnen del caramelo. Retíralos, déjalos enfriar y ya están listos. Si te sobran frutos secos caramelizados, guárdalos en un tarro hermético y aguantarán crujientes unos cuantos días.