¿Aperitivo o guarnición? Berenjenas fritas supercrujientes, fáciles y buenísimas

Preparar estas berenjenas es realmente sencillo, y quedan muy crunchys, perfectas para servir como snack o también como acompañamiento de carnes o pescados

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

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Cocina Fácil / RBA / Cristina Alvarez

Berenjenas fritas supercrujientes
Cocina Fácil / RBA / Cristina Alvarez
2 personas
30 min

5

(1 voto)

Tipo Plato:

Aperitivos y tapas

Acompañamientos

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Cortadas muy finitas, enharinadas y fritas, estas berenjenas causarán sensación en tu mesa. Hacerlas es muy sencillo, quizás un poco laborioso, pero el resultado merece la pena.

Quedan crujientes y tienen mucho sabor, y puedes servirlas como un snack vegetal para cualquier aperitivo o también como guarnición para tus recetas de carnes, aves o pescados.

Si alguna vez has cocinado berenjenas fritas, sabrás que su pulpa es como una esponja y absorbe mucho aceite. Por eso, nuestro truco para que no queden demasiado aceitosas es dejarlas unos minutos en agua con un poco de sal y luego secarlas muy bien con un papel de cocina para eliminar el exceso de agua.

También debes tener en cuenta que, al freírlas previamente rebozadas en harina, esta capa hace que no penetre aceite de más en su interior. Para que estén realmente crujientes es básico que las cortes lo más finas posible. Verás que en Cocina Fácil hemos utilizado un cuchillo, pero si tienes mandolina también te servirá y además lograrás que todas las rodajas tengan exactamente el mismo grosor.

Ingredientes para¿Aperitivo o guarnición? Berenjenas fritas supercrujientes, fáciles y buenísimas

  • 1 berenjena
  • Harina de trigo
  • Aceite de oliva suave
  • Sal
  • Sal Maldon

1. Prepara las berenjenas

Lava y seca bien la berenjena (ten en cuenta que la cocinarás con la piel). Luego, despúntala, cortando los dos extremos. Corta la berenjena en rodajas muy finas, con un cuchillo de cocina o una mandolina. Ponlas en un bol con agua y un puñadito de sal y sumérgelas bien. Resérvalas en este remojo durante unos minutos.

2. Enharina las berenjenas

Pon abundante harina de trigo en un bol. Escurre las berenjenas y sécalas a conciencia con papel absorbente. Luego, rebózalas en la harina, por los dos lados, y resérvalas.

3. Fríe en aceite

Pon al fuego una sartén amplia con abundante aceite de oliva. Ve friendo las rodajas de berenjena, por tandas y dándoles la vuelta de vez en cuando, hasta que estén bien tostadas por los dos lados. Entonces, retíralas del aceite y pásalas a un plato o una bandeja cubiertos con papel absorbente, para retirar el exceso de aceite.

4. Emplata y sirve

Pon las berenjenas fritas en el plato o bandeja en el que vayas a servirlas y espolvoréalas con sal Maldon. Sírvelas enseguida.

¿Cómo servir las berenjenas fritas?

Nosotros hemos elegido la opción más sencilla, que consiste en espolvorearlas con un poco de sal Maldon (si no tienes esta variedad de sal puedes usar sal común o también escamas de sal). Pero hay otras alternativas.

  • Si te gusta el contraste dulce-salado, puedes dejar caer sobre las berenjenas un hilo de miel o de sirope de arce. Si la miel está muy densa, caliéntala unos segundos en el microondas y adquirirá una textura más líquida.
  • Puedes hacer una reducción de Pedro Ximénez, que también le va muy bien a las berenjenas fritas.
  • Acompaña las berenjenas fritas con una salsa de miel y mostaza, el contraste de sabores será muy interesante.
  • También puedes usar las berenjenas fritas para dipear en una crema de quesos, por ejemplo, y mojarlas un poco en esta salsa antes de comerlas. Es decir, servir las berenjenas fritas con la salsa al lado.

Si decides acompañar las berenjenas con cualquiera de estas opciones, nuestra recomendación es que no las riegues con ninguna salsa hasta el momento de llevarlas a la mesa, o podrías alterar su textura crujiente y se reblandecerían.

Si te sobran berenjenas fritas, puedes conservarlas uno o dos días siempre que las guardes en un recipiente hermético. Al día siguiente estarán un poco menos crujientes, pero igual de ricas. Y si lo prefieres, puedes utilizarlas para elaborar una tortilla de berenjena: bate bien los huevos, trocea las berenjenas y déjalas un rato dentro del huevo batido, para que queden más blanditas y jugosas. Luego, cuaja la tortilla en una sartén y ¡a disfrutar! 

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