Zurrukutuna, la sopa de ajo tradicional vasca más fácil y reconfortante

La zurrukutuna es un plato habitual en muchos hogares de Euskadi. Deliciosa y llena de nutrientes, es una versión enriquecida de la sopa de ajo tradicional. Te contamos cómo prepararla.

Marta Sánchez
Marta S. Galindez

Periodista especializada en gastronomía

Zurrukutuna
Youtube 'Receta ganadora'

¿Has oído hablar de la zurrukutuna? Pues si te gustan las sopas de ajo y el bacalao, no puedes dejar de probar este plato. Es una receta vasca tradicional que combina la intensidad del ajo y del pescado, y que es tan rica como fácil de hacer. Pruébala y verás cómo te quedas con ganas de repetir.

El nombre "zurrukutuna" viene de la palabra "zurrupatu", "sorber" en euskera. Una palabra que es en realidad una onomatopeya, ya que imita al ruido que se hace al sorber un líquido. Además de su nombre, hay más factores que relacionan a este guiso con el País Vasco: el uso del bacalao, tradicional en la gastronomía regional, y del pan sopako, un tipo de pan duro tostado empleado para sopas (de ahí su nombre). 

Esta receta es, en realidad, un dos por uno. Además de aprender a hacer zurrukutuna, también te quedarás con los pasos básicos para preparar una reconfortante sopa de ajo. La única diferencia es la adición del bacalao, y que en lugar de caldo de carne o agua se utiliza fumet de pescado. En cualquier caso, te quedará exquisita... ¡Y no puede ser más económica!

Cómo preparar zurrukutuna, la sopa de ajo tradicional vasca

 

Así de rica te quedará tu zurrukutuna si sigues los pasos de este vídeo del canal 'Receta ganadora'. Te los explicamos a continuación:

Zurrukutuna, sopa tradicional vasca
Para 4 personas
Ingredientes
  • 1 lomo de bacalao desalado de 250 g
  • 150 g de pan sopako o pan duro tostado
  • 3 pimientos choriceros
  • 8 dientes de ajo
  • 1 guindilla cayena (opcional)
  • 1 cucharadita de pimentón agridulce
  • 1/2 vaso de vino blanco seco
  • 700 ml de caldo de pescado o agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • 4 huevos
Paso a paso
  1. Hidrata los pimientos

    Corta los pimientos choriceros a lo largo. Quítales las semillas y sumérgelos en agua. Déjalos 3 horas o hasta que se ablanden. Si no tienes pimientos, utiliza una cucharada de carne de pimiento choricero en conserva.

  2. Cocina el bacalao

    Corta el lomo de bacalao en tacos y quítale las espinas. Cubre el fondo de una sartén con un dedo de aceite y caliéntalo a fuego medio-bajo, que alcance unos 55°. Mete el pescado y confítalo a fuego bajo hasta que suelte la gelatina. Entonces, empieza a mover la sartén para emusionarla con el aceite y hacer un semi pil-pil. Cuando esté listo, retira del fuego y reserva.

  3. Rehoga el resto de los ingredientes

    En una olla grande, pon un chorrito de aceite y añade los ajos laminados y la guindilla partida (si lo quieres picante). Saltea todo a fuego medio hasta que se doren. Saca los pimientos del agua y extrae la carne con una cucharada; agrégala a la olla, junto con el pimentón. Rehoga a fuego bajo y vierte el vino blanco; cuando empiece a hervir,  y añade el pan sopako o el pan duro, cortado en trocitos. 

  4. Añade el bacalao y el caldo

    Incorpora el bacalao con el semi pil-pil y mueve todo para integrar los sabores. Cubre los ingredientes con caldo de pescado o agua, remueve y pruébalo para ver si hace falta añadir sal. Tapa  la olla y cocina la sopa 10-15 minutos, dejándola hervir a fuego bajo. 

  5. Agrega los huevos

    La zurrukutuna como tal ya estaría lista. Pero si la quieres más contundente, como plato único, puedes añadirle un huevo por persona. Cáscalos en la olla, quítala del fuego, tapa y deja que se cocinen durante 5 minutos. Sírvela caliente y espolvorea perejil fresco. ¡Platazo!

No te quedes solo con estas opciones. Anímate a seguir probando con esta versión de la sopa castellana (la sopa de ajo de la abuela), una original sopa de ajo cremosa con crujiente de cecina y huevo poché o la sopa castellana que preparaba Concha Velasco. Todas, sencillísimas de preparar y perfectas para calentar el cuerpo en los días más fresquitos.