Las albóndigas o almóndigas- según la RAE este segundo término es más vulgar que el primero pero está perfectamente aceptado- son receta predominante en el ‘imaginario gastronómico’ de la cocina tradicional de nuestro país y que, además, tiene su enjundia por lo difícil de darles su característica forma redonda.
Un proceso que puede ser tedioso, sucio y pegajoso que con este nuevo artículo de ‘Cocina Fácil’ podría terminar desde ya mismo para siempre. Y es que meter las manos en la incómoda masa compuesta por huevo, leche, carne picada, pan y diferentes especias puede que no sea ‘un plato de gusto’, nunca mejor escrito, para personas especialmente escrupulosas o simplemente perezosas.
Paso a paso del truco que se ha hecho viral en TikTok
Así pues, existe una nueva técnica que te salvará de tal ‘zafarrancho’ y que ha conseguido viralizarse con mucho éxito últimamente en redes sociales. Un truco muy sencillo con el que conseguir elaborar unas ricas albóndigas con salsa de tomate o en harina, por ejemplo, sin mancharte las manos. Es la treta de la botella.
Y necesitas bien poco para ponerlo en práctica. Únicamente se necesitará una botella de plástico totalmente seca, de medio tamaño y vacía y un cuchillo especialmente afilado para cortarla. Con este objeto punzante, tendrás que seccionarla en dos partes por la mitad, la superior -la parte en la que está la boquilla- y la inferior. Interesa solamente la primera, pues será la grandísima aliada para no mancharte las manos y darle la forma a esas ricas almóndigas.
El sorprendente papel de la cuchara en este truco culinario
En este punto necesitarás cualquier cuchara de tu cocina, pero antes tendrás que presionar con la boquilla de la parte superior seccionada de la botella de plástico la mezcla de carne prensada. De forma casi instantánea verás con tus propios ojos como la carne comienza a ascender por su interior, dándole la forma cilíndrica necesaria para que tus albóndigas estén 'orgullosas' de haber nacido.
Aquí es cuándo interviene la cuchara. Conforme la masa de corte seccionada vaya saliendo con su forma circular por el lado interior del agujero, con la ayuda de esta se cortará la bola y se retirará a un plato con harina espolvoreada para rebozarla con la ayuda de dos tenedores cualquiera o, sino, también podrías optar por ponerlas directamente en una sartén con aceite de oliva para cocinarlas fritas.
La rapidez, otro punto a favor del truco de la botella
Un óptimo truco culinario con el que, claramente, tus manos no se van a manchar ni un milímetro. La botella cortada por la parte de la boquilla, la cuchara y los dos tenedores evitan que, en ningún momento de la elaboración, toques directamente la contundente masa de carne y el resto de ingredientes de la albóndiga clásica.
Por otro lado, también destaca la rapidez con la que podrás sacar un buen número de albóndigas en una sola elaboración. Con el truco de la botella es tan sencillo como presionar hacia abajo tantas veces como almóndigas quieras…
¿Cuál es la procedencia de este plato tan típico en nuestros bares?
Este plato tan nacional, sobre todo si son en salsa de tomate, tiene una procedencia árabe. Y es que su nombre deriva del término al-bunduqa, ‘la bola’, aunque los historiadores incluso se van más hacia atrás en el tiempo: la mayoría coinciden en que fue en la Antigua Roma donde emergieron estas exquisitas bolas de carne -plato típico solo entre los romanos más privilegiados-.
Como plato milenario que es, ha tenido una progresiva evolución para convertise en la albóndida o almóndiga que es hoy en día y que en cualquier bar de nuestro extenso país no puede faltar. Alrededor del siglo XIII se añadió a la receta de por aquel entonces el huevo para ligar la masa de carne picada. Eso sí, los historiadores no han sabido dar con el responsable de tan sabroso descubrimiento.
Y como plato tan internacional que también es, hay que destacar en el que más variedades de almóndigas existen en este momento. Se trata de Turquía. En el turístico país de Medio Oriente pueden encontrarse hasta cien clases de albóndigas con nombre propio. Las hay incluso de pescado.