Como ocurre, por ejemplo, con la tortilla de patata con o sin cebolla, muy parecido pasa con el queso. La sociedad se fractura claramente en dos: los que lo aman y quienes lo odian. Pues bien, si perteneces al grupo de los sensatos -el primero- seguro te interesa saber que a lo largo del ancho y largo mundo existen hasta más de 2.000 variedades de quesos. 700 provienen de Suiza, país por excelencia de este producto tan gourmet.
Y quesos suizos hay muchos, que uno se los come a veces sin saber cuál es su procedencia exacta. Por ejemplo, los populares y exquisitos Gruyère o Raclette son del país nórdico famoso también por su alto nivel de vida, y parte de su éxito reside en que sus productores siguen elaborando el queso como antaño: se sigue con una producción artesanal y tradicional que abarca a todo el ciclo de fabricación, desde los ganaderos hasta los que lo curan.
Un gran desconocido entre los quesos suizos: así es el delicioso Tête de Moine
Según tu nivel como fan de quesos conocerás otros suizos como el Emmentaler o el Tête de Moine. El primero lo puede incluso conocer un principiante en la materia, pero el segundo en un queso especialmente exquisito y exclusivo que no todo el mundo conoce. Según explican en el el Instagram de ‘Quesos de Suiza’, “Tête de Moine AOP es el famoso queso del Jura y del Jura bernés que desde hace más de 800 años se produce siguiendo los métodos tradicionales”. Un producto artesanal que, además, esconde mucha historia. Muchos siglos tiene en su haber esta delicia suiza.
“Originalmente, el queso Tête de Moine AOP era elaborado por los monjes únicamente dentro de los muros de la abadía de Bellelay y solo en verano. Cuando los monjes fueron expulsados de la abadía durante la Revolución Francesa, las granjas de los alrededores, y más adelante las queserías que se crearon en los pueblos, se encargaron de la elaboración de este queso cilíndrico. Hoy en día, el ámbito de producción del queso Tête de Moine AOP es la zona de montaña y pastoreo del cantón del Jura y del Jura bernés, y el queso se elabora durante todo el año”, explican también sobre su tradición.
El secreto está en la materia prima: la vaca
Abordemos ahora la materia prima de estos quesos sublimes, sin la cuál no habría quesos de los que disfrutar. La leche. Su calidad es incontestable, pues proviene de vacas que se alimentan en plena naturaleza de las montañas suizas, dando como resultado un queso sin lactosa ni gluten. "Estas vacas lecheras no solo son parte de esta imagen rural, sino que contribuyen considerablemente a la conservación de los pastos a través de su actividad de pastoreo", argumentan desde ‘Quesos de Suiza’.
Otro factor clave es la alimentación de estas vacas. Su dieta no puede ser más natural y saludable: hierba natural, heno y otras hierbas del campo se adaptan perfectamente a su organismo para producir una leche de calidad y, cuando en invierno no pueden salir a pastar, los ganaderos las alimentan con estos mismos forrajes porque los almacenan en sus establos. Así pues, las vacas suizas siempre son alimentadas sin un solo químico.
Por todo esto, "la calidad tiene un precio (...) estamos agradecidos a los consumidores por aceptar un precio a veces ligeramente más alto a cambio de una calidad impecable y un pago justo a los productores", explica en ‘20 minutos’ el portavoz de ‘Quesos de Suiza’, ya que como no puede sorprenderle a nadie una elaboración más mimada conlleva más gastos de producción.
Al país más famoso en el mundo por sus quesos artesanales, no le puede faltar un gran certamen de premios al mejor queso. Un divertido evento solo para apasionados de este ‘oro blanco’, al que las principales queserías del país europeo se presentan para alzarse con el ansiado premio: el mejor queso de Suiza.
Este es el mejor queso de 2024
Su última edición, celebrada a principios de mes, se celebró en un enclave privilegiado de la importante estampa natural de la que se compone el país suiza. A orillas del espectacular lago de Lugano 200 especialistas tuvieron que seleccionar al mejor entre las muchas opciones presentadas. Más de 1.000 quesos divididos en 32 diferentes categorías les puso muy difícil el veredicto final.Y es que, como bien comenta Hans Aschwanden -presidente de la Asociación de Queseros FROMARTE, asociación que de artesanos queseros suizos- en el periódico español de tirada gratuita, “los Swiss Cheese Awards demuestran la increíble diversidad y calidad del queso suizo".
Para ellos, la principal y más relevante categoría es la de quesos duros-semiduros. Y aquí, ha ganado el queso de los quesos, el de Gruyère. Si quieres deleitarte con el mejor queso de 2024 apunta: se vende en la quesería Lanthen, Le Gruyère AOP y está elaborado por el gran Markus Sturny.