Quizás tengas un pequeño huerto y dispongas de una buena cosecha de calabacines, o tal vez te han regalado una buena cantidad o se te ha ido la mano en el mercado. Si es el caso, no te preocupes porque pueden congelarse si lo haces de esta forma.
Cómo congelar calabacines
Te adelantamos que es mejor que no los congeles enteros, sino que debes cortarlos primero. Si además los escaldas brevemente, cuando los descongeles aguantarán más tiempo sin echarse a perder.
1. Lava los calabacines
En primer lugar, lava los calabacines en abundante agua bajo el gripo para eliminar restos de tierra u otras bacterias. Después, déjalos escurrir o sécalos con un paño de algodón limpio hasta que queden secos.
2. Corta y escalda los calabacines
Córtalos como prefieras para congelarlos después. Una buena idea es cortarlos de distintas maneras para hacer diferentes elaboraciones. Puedes cortar algunos en rodajas, otros en bastones, en cuadritos o en láminas verticales.
Para escaldarlos correctamente, solo tendrás que cocerlos ya cortados en abundante agua un minuto. No debes añadir sal al agua, de lo contrario, los calabacines se romperán rápidamente. En cuanto pase el tiempo indicado, tendrás que enfriarlos en agua con hielo para cortar la cocción y luego escurrirlos. De esta forma el calabacín quedará cocido pero sin llegar a ablandarse del todo.
3. Disponlos en un recipiente bien ordenados y congélalos
Si no quieres sacar del congelador una pelota de calabacín, evita congelarlos amontonados en una bolsa de congelación. La mejor manera de congelar los calabacines es colocándolos ordenados en un recipiente de plástico, cubrirlos con film, poner otra capa de calabacín y así sucesivamente hasta rellenar el recipiente antes de cerrarlo.
De esta forma, en pocas horas tendrás tus tupper con calabacín congelado listo para otras elaboraciones, y podrás utilizarlos hasta 2 meses después de haberlos congelado.
Las porciones de calabacín quedarán sueltas y se despegarán fácilmente conforme se vayan descongelando. Podrás preparar recetas tan deliciosas como estas tartaletas de calabacín, cebolleta y queso azul, o estas tortillas de calabacín con queso de cabra y mermelada de tomate que son ideales para una cena sencilla, rápida y muy rica.