Pan relleno de queso y patatas, cena fácil (sin horno)

Mezcla los ingredientes secos para formar la masa

En un recipiente amplio, añade 90 g de harina fuerte para hacer pan y agrega 55 ml de leche. Remueve con una espátula para que se integren bien los ingredientes y formen una masa compacta.

Incorpora la mantequilla y amasa

Una vez que la masa tenga una textura compacta y ligeramente dura, añade 10 g de mantequilla derretida. Sigue amasando con las manos en el mismo bol hasta obtener una masa homogénea y bien integrada.

Prepara el puré de patata para el relleno

Cocina una patata mediana a fuego lento hasta que esté bien hervida. Una vez que la patata esté lista, pélala, pásala a una fuente y machácala hasta obtener un puré suave y cremoso. Para realzar el sabor del puré, añade dos cucharadas de mayonesa y mezcla bien hasta que todos los ingredientes se integren perfectamente.

Extiende y rellena el pan con el puré y el queso

Después de que la masa haya reposado y haya adquirido la textura deseada, retira el film que la cubría y colócala sobre una mesa de trabajo. Con la ayuda de un rodillo, estira la masa hasta que quede completamente lisa y con forma redonda. En el centro de la masa, coloca una generosa cantidad de queso mozzarella rallado y el puré de patata mezclado con mayonesa.

Cierra el pan y darle forma final

Una vez que hayas agregado el relleno, procede a cerrar el pan. Con mucho cuidado y habilidad, ve cogiendo los bordes de la masa para que el relleno no se escape durante la cocción. Asegúrate de que no queden agujeros y que todo el relleno quede bien cubierto por la masa. Luego, dale la vuelta al pan y pasa nuevamente el rodillo por encima para asegurarte de que quede todo bien liso y con una forma uniforme.

Cocina el pan y disfruta del resultado

Con el pan relleno listo, lleva una sartén al fuego y pinta con un poco de aceite para evitar que se pegue. Coloca el pan en la sartén y cocina a fuego medio-alto, dándole la vuelta las veces que sean necesarias hasta que quede dorado y bien cocido en su interior. Cuando esté listo, puedes disfrutarlo tibio, cortándolo en porciones individuales.