La del 24 de diciembre es una de las noches más señaladas y entrañables del año y es que son muchas las personas que pueden volver a casa y disfrutar junto a sus seres queridos de unas fechas para compartir y reunirnos alrededor de la mesa. La cena de Nochebuena es la más familiar, sin lugar a dudas, pero a veces disfrutamos de la misma forma, o incluso más, de las horas previas con los preparativos, la compra de los últimos detalles y regalos y el ya tradicional y famoso tardeo, con el que brindamos antes de llegar a casa.
En Lecturas también hemos vuelto a nuestro hogar y repasamos algunos de los momentos especiales que se repiten cada 365 días y que van más allá del menú y los aperitivos, aunque ahí también hay mucho qué decir. Con el paso del tiempo, hay platos que sobreviven a la innovación y otros que se van abriendo paso en muchas mesas familiares y restaurantes en estos días.
El tardeo y las horas previas a la cena de Nochebuena
Mientras escribo estas líneas veo cómo mi madre prepara con toda la ilusión algunos de los platos de los que disfrutaremos esta noche junto a otros miembros de la familia. Espera a que termine de trabajar, porque ya hay un plato que se ha abierto paso en nuestras celebraciones y le va ganando terreno a los típicos langostinos, al capón y al cordero esta Nochebuena: el pastel de mar. Algún día le pediré a las expertas que hablemos sobre esa receta, pero hoy queremos hablar de ese ambiente y espíritu que se respira en muchas casas desde bien temprano el 24 de diciembre.
Después de comer algo suave, por esto de dejar hueco para una cena copiosa, nos prepararemos para el tardeo, que no es una tradición reciente, pero sí es cierto que cada año va ganando nuevos adeptos y de ello van tomando buena nota en bares y restaurantes. "Hace años salíamos a tomar algo breve antes de cenar", contesta mi tía cuando le pregunto sobre una práctica que, ahora, llena terrazas y locales durante horas, brindando con nuestros amigos en la bautizada Tardebuena.
De los langostinos al turrón: platos tradicionales y nuevas creaciones se dan la mano
Una de las cosas que más me gusta de una noche como esta es la convivencia entre generaciones y la capacidad que se ha adquirido en muchas familias para mantener tradiciones y dejarse sorprender por la innovación. Para que todos aportemos nuestro granito de arena y nadie se cargue en exceso, son muchos los hogares que apuestan por repartir las tareas y las recetas de la cena de Nochebuena y la comida de Navidad.
A los canapés de siempre, los langostinos, el pavo, el capón o el cordero, se suman ahora pasteles salados, platos de pasta o bocaditos como hamburguesas en formato mini que comparten espacio en la mesa con croquetas de diferentes sabores y otros tantos platos en una diversidad que nos invita a celebrar con giro para una gran frase célebre: para gustos, sabores.
La variedad también se deja ver en los turrones, porque muchas veces preferimos el duro, otras el blando y cada vez son más los sabores disponibles en tiendas y supermercados. Como curiosidad y ante un catálogo tan amplio, en mi familia se realizan encuestas a través del grupo de whatsApp donde organizamos los preparativos y una de las indicaciones principales es elegir con la cabeza y no solo con el estómago, con el objetivo de que dejemos un hueco para ese postre que sabe tanto a fiestas navideñas y con el que volveremos a descorchar el champán brindando por volver a celebrar con los que estamos y también por los que ya no están.