Isabel La Católica, también conocida como Isabel I de Castilla , tenía un paladar muy exquisito. Entre sus preferencias, se encontraban, en primer lugar, las perdices . La aristócrata podía comerlas en todas sus formas y no dudaba en saborearlas en cualquier momento del día, incluso durante el desayuno . Sin embargo, el recetario de sus cocineros reales no terminaba aquí. Otro plato destacado del menú de la que fue reina de Castilla (1474–1504), era el “manjar blanco”. Una composición culinaria de textura suave y un color blanquecino preparada a base de leche, harina de arroz, gallina, azúcar y agua de rosas, ingredientes típicos de la dieta de aquel tiempo. Así lo explicaban el chef Gonzalo de D'Ambrosio y el historiador Javier Traité en El Condensador de Fluzo, de RTVE. El manjar que gustaba por su blancura Y es que, el manjar blanco fue durante siglos uno de los platos más refinados que se podía servir en las mesas de las cortes reales. Su condición de 'blanco' era sinónimo de exclusividad y de poder económico en las mesas nobles porque se alejaba de los platos amarronados, más vulgares, fruto de las cocciones prolongadas. La blancura llamaba la atención en los paladares refinados de la época. También el rey Carlos III tomaba todas las noches para la cena manjar blanco (en su caso, con mucha azúcar y canela). Incluso los médicos medievales lo consideraban una 'medicina' reconstituyente para enfermos. Esta receta inicial fue derivando en un postre dulce que es como lo conocemos en la actualidad. Manjar blanco Para 4 personas Ingredientes 1/2 gallina 8 gramos de harina de arroz ½ litro de agua de rosas 1 kg de azúcar fino 8 litros de leche de cabra var ad_r3_sad_0 = {id:'div-gpt-ad-r3-sad-0', slot:'/1001866/LE_RE', name:'Roba Galería', initLoad:false, slotSizes:[[300,250]], position:['r3'], customTargets:{"deep":"0"}, mapSizes:{"Name":"roba_galerias","mappings":[{"browser":[1025,10],"ads":[[300,600],[300,250]]},{"browser":[768,10],"ads":[[300,600],[300,250]]},{"browser":[0,0],"ads":[[300,250]]}]}, Prebid:false }; mgr.pubs.push(ad_r3_sad_0); Paso a paso Prepara la gallina y el caldo Coloca la gallina en una olla con agua fría y espera hasta que comience a hervir. Una vez que el agua esté en ebullición, reduce el fuego, tapa la olla y deja que la gallina se cueza durante 40 minutos más. Pasado ese tiempo, retira la gallina de la olla y reserva el caldo para su posterior uso. Desmiga la gallina Desmiga la gallina previamente cocida, separando la carne en pequeños trozos deshilachados. Puedes utilizar tus manos o un tenedor para desmenuzar con cuidado, asegurándote de retirar cualquier hueso o piel restante. Una vez desmigada, reserva la carne. Prepara la mezcla base En un recipiente aparte, mezcla la leche de cabra con la harina de arroz. Asegúrate de que ambos ingredientes estén fríos para obtener una mezcla uniforme y sin grumos. Combina los ingredientes Agrega la mezcla base al caldo de gallina reservado en la olla, junto con el agua de rosas y la gallina desmigada. Luego, añade el resto de la leche de cabra. Mezcla suavemente para combinar todos los ingredientes. Cocina, espera y sirve Por último, agrega el azúcar a la olla y remueve todos los ingredientes para que se integren a la perfección. Luego, tapa la olla y cocina a fuego medio durante 20 minutos, o hasta que la mezcla espese adecuadamente.