Las croquetas de queso y calabaza sin bechamel más fáciles y cremosas, se hacen en menos de media hora y están para chuparse los dedos

Estas croquetas de calabaza y queso lo tienen todo: son exquisitas, facilísimas de hacer y económicas. ¡Perfectas para innovar en tus cenas y comidas del día a día!

blanca mas de xaxas
Blanca Mas de Xaxas

Redactora especializada en gastronomía

Croquetas
Cocina Fácil / RBA / Isabel Lloret
4 personas
25 min

3

(43 votos)

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Fritura

Tipo Plato:

Aperitivos y tapas

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Decir croquetas y que todo el mundo se lance a la mesa, es un clásico. Adoradas por niños y mayores, hay pocas frituras tan versátiles y populares como ellas. Hacer croquetas es para muchos un ritual que cada vez es más sencillo gracias a los trucos para conseguir unas croquetas de auténtico chef. Hoy te proponemos darles una pequeña vuelta a las croquetas tradicionales: estas croquetas de calabaza y queso están riquísimas, pero no son como las de toda la vida.

Si te encanta innovar con croquetas sin carne ni pescado, te animamos a probar también nuestras croquetas de berenjena y queso brie, las de queso y calabacín, o las de garbanzos, guisantes y habas con salsa de yogur. Todas quedan deliciosas y tienen un toque distinto de las tradicionales.

En concreto, esta preparación no lleva bechamel, por lo que resulta más fácil y rápida de preparar. Pero eso sí, es igual de jugosa y crujiente (y además es una opción vegetariana).¡Quédate con los ingredientes y los pasos para hacerlas!

Trucos para hacer croquetas sin bechamel

Para que no queden secas, solo tienes que seguir estos sencillos pasos:

  1. Pocha muy bien la cebolleta y la calabaza.
  2. Añade la cantidad justa de queso.
  3. Mójate las manos con una gota de aceite y podrás moldearlas sin problemas.

Y si no puedes vivir sin la bechamel, siempre puedes prepararla y añadírsela a la mezcla: te cundirá mucho más. 

Ingredientes paraLas croquetas de queso y calabaza sin bechamel más fáciles y cremosas, se hacen en menos de media hora y están para chuparse los dedos

  • 1/2 kilogramo de calabaza
  • 1 cebolleta
  • 1 diente de ajo
  • 2 cucharadas de queso rallado en polvo
  • 200 gramos de queso gouda en dados
  • 1 huevo
  • Pan rallado grueso o panko
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite para freír

1. Prepara y cocina la calabaza

Pela la calabaza, quítale las semillas y córtala en cubitos. Cocínala en el microondas durante 10 minutos y resérvala. También puedes hacerla al vapor, o asarla; no la hiervas en agua: quedaría muy blanda y acuosa, con una textura poco adecuada para las croquetas.

2. Pica y rehoga la cebolleta

En una satén, pon un chorrito de aceite de oliva. Añade la cebolleta y el ajo, bien picados. Agrega sal y pimienta, baja el fuego y rehoga todo hasta que se ablanda y se dore un poco, pero sin quemarse. 

3. Prepara la masa

Incorpora la calabaza ya cocinada y sigue rehogando a fuego medio-bajo. Ve aplastando la calabaza con un tenedor hasta que se integre con la cebolleta. Añade el queso rallado y remueve; te ayudará a conseguir una textura cremosa, perfecta para dar forma a las croquetas.

4. Moldea y rellena las croquetas

Retira la masa del fuego y deja que se enfríe. Bate un huevo en un bol y pon un poco de pan rallado o panko en otro. Con una cuchara, coge un montoncito de masa y póntelo en la mano. Coloca un cubo de queso gouda y tapa con más masa. Dale forma de bolita y pásala por pan rallado, huevo y pan rallado otra vez. 

5. Fríe en abundante aceite

Pon bastante aceite en una sartén honda. Puede ser de oliva o de girasol, según tus gustos. Cuando esté bien caliente, mete las croquetas una por una y fríelas a fuego medio-alto. Quedarán crujientes por fuera y el corazón de queso se fundirá. Sácalas cuando estén doraditas y ponlas en un papel absorbente. ¿A qué esperas para probarlas?

Como ves, el proceso es sencillo y sin complicaciones. Solo hay que cocinar la calabaza, mezclar los ingredientes, formar las croquetas y freírlas. En menos de media hora, tendrás un aperitivo o cena deliciosa, con una textura súper cremosa.

Si te sobran croquetas antes de freírlas, puedes congelarlas sin problema. Solo tienes que colocarlas en una bandeja separadas entre sí y guardarlas en una bolsa hermética. Cuando quieras disfrutarlas, fríelas directamente sin descongelar.

Estas croquetas de calabaza y queso sin bechamel son una alternativa deliciosa y diferente a las clásicas. Con su rebozado crujiente y su interior cremoso, son una apuesta segura para los amantes de la buena cocina. Anímate a probarlas y descubre un bocado irresistible.

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