Los frutos secos y sus elaboraciones marcan los postres más típicos en España. Cada región tiene su variedad y su marca propia, pero lo que nos une es la almendra, en forma de turrón, mazapán, envuelta en caramelo y en polvorones y mantecados.
Pero no es el único ingrediente que compartimos... No te pierdas este recopilatorio con las delicias que más marcarán los paladares españoles estas fechas navideñas. ¡Toma nota!
1. El Roscón de Reyes
El Rey de los dulces navideños se hace esperar, aunque para los más impacientes desde hace años las pastelerías los tengan en sus escaparates un mes antes. Imposible resistirse a la tentación de esperar hasta la llegada de los Reyes Magos para probar una masa única. Su particularidad reside en que tiene más grasa y azúcar que otras, además de su toque de Agua de Azahar.
Curiosamente, las almendras cortadas muy finas solo se usan para decorar. El debate de si los roscones deben llevar frutas escarchadas en esa decoración es similar al existente en torno a la tortilla de patatas con o sin cebolla.
2. Turrón
Y dentro de esa acepción englobamos los innumerables tipos de turrones que en la actualidad se encuentran a la venta. Como con los helados (los puedes encontrar hasta con sabor a fabada) este dulce de Navidad ha multiplicado sus sabores hasta límites insospechados.
Los clásicos de almendra, duro y blando siguen siendo los más típicos y nunca faltan en una bandeja navideña. La miel pura de abeja, clara de huevo, azúcar y almendra son los ingredientes de un dulce que se hacía en Jijona en el siglo XVI.
3. Mazapán
Cacahuetes, azúcar, miel, leche, huevo, soja y almendras son los productos que mezclados desde hace siglos de forma única crean un dulce con una textura dura por fuera y que se deshace en la boca. Su exterior dorado le confieren una vistosidad que hace honor a su dulzor. Es curioso que los orígenes del mazapán fueran el de una hambruna que hizo mezclar a los habitantes de Toledo el azúcar con las almendras de sus cigarrales.
4. Polvorón
Hasta su envoltura te incita a probarlos. Merece la pena esperar un año para comerlos porque es uno de los dulces navideños que sí se mantienen fieles a la tradición de aparecer por casa junto con el “Calvo” de la Lotería Nacional. Su extremada fragilidad da nombre a este dulce que se convierte en polvo en tu boca y en tus manos.
De nuevo aparece la almendra pero esta vez acompañada de la manteca de cerdo. Si te sobran, te dejamos esta maravillosa receta de mousse de polvorón y chocolate.
5. Las peladillas
Ante tales competidores en nuestros bodegones navideños es normal que las peladillas sean las que más perduren en ellos, pero son tan clásicas como sus primas las garrapiñadas. La clave de las peladillas para no dejarse los dientes en el intento es que la capa de azúcar tenga una finísima cobertura cuyo dulzor complemente el del fruto seco de alta calidad.
Las delicatessen y, por tanto, bastante menos duras, se pueden usar en sustitución del arroz en las bodas gitanas sin descalabrar a los novios.